A falta de un toque de queda avalado por la Constitución, se restringió el tránsito de vehículos y aumentaron las multas para los infractores.
"Hay hipótesis que se deben comprobar y se debe ver lo que pasará en las semanas siguientes, pero sí creo que un acierto ha sido el seguimiento estricto a los casos para ver las cadenas de transmisión", dijo a Reuters la infectóloga María Luisa Ávila, ministra de Salud en dos gobiernos anteriores.
Aunque diputados opositores piden realizar pruebas masivas, el Ministerio de Salud responde que aplica las necesarias, según los casos sospechosos que capten. La cifra oficial es de 11.776 pruebas, 235 por cada 100.000 habitantes, una cantidad que coloca al país en el punto medio en Latinoamérica.
El lento avance de la enfermedad en Costa Rica contrasta con el de su vecino del sur, Panamá, que acumula 4.992 casos de coronavirus y 144 fallecidos, con una población cercana a los 4,2 millones de habitantes, un millón menos que Costa Rica.
En Nicaragua, vecino del norte de Costa Rica y origen del 8% de la población en el país, el Gobierno sólo reporta 10 casos y dos muertes, aunque médicos independientes y organizaciones internacionales temen que el registro esté lejos de la realidad.
De hecho, la laxitud de Nicaragua, que ha aupado los eventos masivos, preocupa a Costa Rica, cuyo gobierno dijo que no descarta tomar acciones internacionales y pedir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que supervise las acciones de la administración de Daniel Ortega.