Así, las protecciones faciales serán obligatorias en tiendas, supermercados, bancos y oficinas de correos, mientras que será opcional su utilización en restaurantes, pubs, gimnasios, peluquerías, cines, teatros y salones de actos.
Hasta el jueves, había cierta confusión respecto al protocolo para establecimientos de comida rápida para llevar y ciertas tiendas y cafeterías.
El gobierno aclaró este jueves que la mascarilla será obligatoria para comprar comida o bebida para llevar en esos lugares, pero el cliente podrá quitársela si se queda a consumir esos productos en su interior.
Tal y como ya ocurría con el transporte público, el incumplimiento de las nuevas medidas a partir de este viernes puede conllevar multas de hasta 100 libras (unos 110 euros).
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No obstante, un portavoz de Downing Street —residencia del primer ministro británico— señaló hoy que no es deseable que la ciudadanía actúe como policía para denunciar a los que infrinjan las normas.
"A aquellos que no utilicen la mascarilla adecuadamente sobre la boca y la nariz se les 'aconsejará la forma correcta y más segura de usarla', en lugar de recibir una multa inmediata de hasta 100 libras. Ese sería el proceder más sensato", precisó la fuente.
El portavoz destacó el civismo de la ciudadanía británica "durante los últimos meses", al "elegir voluntariamente" seguir las recomendaciones de las autoridades "para ayudar a frenar las propagación" del coronavirus.