"La influencia de la NRA ha sido tan poderosa que la organización no fue controlada durante décadas mientras los altos ejecutivos desviaban millones a sus propios bolsillos", dijo la fiscal general del estado, Letitia James.
La acción es resultado de una investigación abierta en 2019 y puede poner contra las cuerdas a una organización con más de 5 millones de miembros y un gran poder, pero que atraviesa actualmente importantes problemas financieros y luchas internas.
"La NRA está plagada de fraudes y abusos, por lo que hoy buscamos disolver la NRA, porque ninguna organización está por encima de la ley", señaló James.
En su demanda, James describe una cultura de mala administración y supervisión negligente ilegal, opresiva y fraudulenta dentro de la organización, especialmente por parte de cuatro de sus principales responsables a quienes acusa de llenarse los bolsillos durante años.
Según la fiscal, LaPierre, que dirigió la NRA desde 1991, y otros tres altos funcionarios de la NRA usaron fondos y donaciones de miembros por años como su "alcancía personal". Y gastaron decenas de millones de dólares en sí mismos y en cómplices violando las leyes que rigen a las organizaciones sin fines de lucro, indicó la funcionaria.
Los cuatro "básicamente saquearon sus activos", dijo James, y dejaron prácticamente insolvente al grupo otrora rico que inyectó millones en campañas políticas republicanas.