Sin embargo, pese a las tensiones en curso, muchos chilenos están complacidos de lo rápido que ha sido el país para poner en marcha su programa. Fue la primera en Sudamérica en iniciar las inoculaciones, inyectando a los trabajadores de salud la vacuna Pfizer/BioNTech en víspera de Navidad.
Con la llegada de las dosis de Sinovac, instaló 1,400 clínicas móviles en todo el país a inicios de febrero.
El doctor Fernando Leanes, representante de la Organización Mundial de la Salud en Chile, reconoció que en la esfera política, médica y académica reaccionaron rápidamente para procurar las vacunas cuando se hizo evidente que la competencia sería feroz.
Desde mediados del pasado diciembre, en plena temporada estival, el país austral vive una segunda ola de la pandemia que en los últimos días ha logrado estabilizarse, arrojando un número de casos nuevos en torno a los 3.500 y con menos del 10 % de la población confinada.
A la fecha, más de 20,000 personas han fallecido producto del COVID-19 y los infectados suman más de 800,000 desde el inicio de la pandemia en marzo pasado.
Con información de EFE y Reuters