Las autoridades electorales tendrán que revisar unas actas con irregularidades técnicas, errores de cumplimentación o con votos impugnados. El proceso ha recibido denuncias de presunto fraude por parte de ambos candidatos, sobre todo Fujimori, que vertió acusaciones sobre un "fraude en mesa”.
Según la ONPE, hay 457 actas impugnadas al jurado electoral. Cada acta cuenta con entre 200 y 300 electores.
La participación ciudadana ha sido cifrada en el 74.7% del electorado.
"Hoy día estamos presentando todas las evidencias de las irregularidades", dijo Luis Galarreta, el candidato a la vicepresidencia de la fórmula presidencial de Fujimori.
La denuncia de "indicios de fraude" en los centros de votación fue efectuada por la misma Fujimori, echando combustible al proceso electoral y amenazando con hacer demorar el conteo y el anuncio oficial del ganador.
La ONPE niega la posibilidad de fraudes, lo mismo que la Misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) que calificó el proceso de normal y transparente.
"Miente, miente, más de lo mismo: El Fujimorismo", tituló un comunicado del partido de Castillo emitido la madrugada de este miércoles donde señala que "no es un secreto la vieja práctica del fujimorismo sobre fraudes electorales".
Entre otras cosas el partido de Castillo recuerda "la venganza de la señora Keiko Fujimori por no aceptar los resultados en el año 2016", cuando ella perdió ante Pedro Pablo Kuczynski por estrecho margen (50.12% vs 49.88%). Aquella impugnación de actas de la ONPE tardó 7 días en declarar a su rival oficialmente presidente de Perú.