Perú ya tiene un nuevo presidente. Este 28 de julio —coincidiendo con el bicentenario de la independencia peruana— Pedro Castillo, un maestro rural y líder sindical, asumió el puesto con la promesa de que no haya “más pobres en un país rico”.
Para lograrlo, Castillo pretende dar un giro a la política económica neoliberal que el país sudamericano ha llevado los veinte últimos años y virar hacia una “economía popular de mercado”, que favorezca a la agricultura y a la producción nacional.
Entre las medidas que Perú Libre, el partido de izquierda que postuló a Castillo, ha sugerido para llevarlo acabo es la renegociación todos los tratados de libre comercio y acuerdos internacionales de los cuales forma parte Perú, como la Alianza del Pacífico, que integran también México, Colombia y Chile. Si la renegociación no satisface a Perú, abandonará los acuerdos.
Los tratados “nos han convertido en una colonia comercial con fines de ser elementos intermediarios de sabotaje al desarrollo comercial de otras potencias económicas contrarias a los intereses de Estados Unidos, siendo el sector agrícola el más golpeado”, indica el Plan de Gobierno de Perú Libre.
Estas afirmaciones no toman en cuenta los beneficios que el libre comercio ha traído a la economía peruana desde hace 20 años, especialmente desde 2009, cuando entró en vigor su Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, señaló en entrevista Arnulfo Valdivia, ex embajador de México en Colombia y parte del equipo negociador de la Alianza del Pacífico.
“Sus exportaciones se han quintuplicado desde el 2009 o 2010. La verdad, es que también han logrado importar maquinaria, materias primas de manera mucho más barata y sencilla para lograr que sus exportaciones sean más competitivas”, dijo Valdivia.
El diplomático indicó que mientras las exportaciones de Perú pasaron 7,000 millones de dólares en 2000 a 80,000 millones de dólares en 2020. “No es discutible el éxito que han tenido. Además Perú ha tenido muchas consolidaciones en productos en los que antes ni siquiera existía”.
Abandonar la Alianza del Pacífico o el Acuerdo de la Asociación Transpacífico (TPP) “sería darse un balazo en el pie”, enfatizó.
El ex embajador destaca que la Alianza del Pacífico ha permitido a los cuatro países integrantes, especialmente a los tres sudamericanos, tener una mayor integración económica y de cadenas de producción.
“El hecho de salirse de los tratados generaría un tema de incremento de aranceles para las empresas peruanas que hoy se están abasteciendo de estos mercados”, señaló Valdivia.
Sobre el TPP, el diplomático mexicano recordó que Perú, mucho más que México o que Chile, tiene una relación comercial estrecha con varias economías de Asia-Pacífico, como Japón, Corea del Sur, Australia y China, país con el que tiene un tratado de libre comercio bilateral.
“Si hay un país que está asiatizado, por decirlo de algún modo, es el Perú”, afirmó.
Para el también empresario, es una falacia decir que el libre comercio ha afectado al campo peruano o a la agroindustria, pues desde que abrió su economía, este país sudamericano se ha vuelto un importante exportador de aguacate, espárragos y arándano, entre otros productos agrícolas.
"Si ha habido un sector que se ha beneficiado de la apertura comercial ha sido precisamente el sector agrícola", dijo el ex embajador.
Castillo anunció en su plan de gobierno que buscará implementar una segunda reforma agraria que logre el "desarrollo rural agrario y participativo" de Perú. Entre las medidas propuestas por el profesor están disminuir y reorientar la importación de alimentos, dando preferencia a la “agricultura andina y orgánica".
Otra propuesta es la atención preferente a la agricultura familiar y comunitaria desde sus propias organizaciones territoriales, sobre las grandes industrias.
“¿Cuál es la principal crítica? Que los beneficios han llegado exclusivamente a los grandes exportadores agrícolas, a la gran agroindustria”, recordó Valdivia, quien señaló que la salida de acuerdos comerciales no beneficiaría inmediatamente a los pequeños productores agrícolas.
"Lo que los mercados internacionales buscan es volumen y es muy difícil que los microproductores agrícolas puedan entrar a un modelo de exploración masiva, pues no tienen los volúmenes ni la calidad", aseguró.
Valdivia indica que para apoyar a los pequeños pequeños productores del campo peruano, hacen falta diseñar políticas públicas internas de transferencia de tecnología, sustitución de cultivos y la formación de cooperativas locales que permitan aumentar los volúmenes de producción y así, aumentar la competitividad de los pequeños agricultores peruanos.
Según Valdivia, no hay que tomar muy en cuenta esta amenaza de renegociación, pues solo aparece en los documentos del partido de Castillo, pero no es una parte tan importante de las promesas económicas del propio presidente. “Es solo una proclama populista”, opina el ex embajador.
El ahora presidente de Perú no la repetido desde que se perfiló como ganador de las elecciones del 6 de junio, además de que ha dado gestos de mayor moderación en sus promesas económicas.
Por ejemplo, la cercanía del economista liberal Pedro Francke, su principal asesor económico y la ratificación de Julio Velarde como gobernador del Banco de Perú son señales que han hecho pensar a los mercados que Castillo no será tan radical como parecía al principio de la campaña.
En todo caso, si Castillo buscara seguir adelante con la idea de renegociar los acuerdos comerciales de Perú o iniciar el proceso para dejarlos, tendrá un camino complicado.
"Los tratados internacionales, en este caso el TPP y la Alianza del Pacífico, tienen una jerarquía jurídica que está solo por abajo de la Constitución, incluso está arriba de las leyes locales. Con lo cual, el salirte de un tratado de libre comercio requiere que esto por el congreso”; explicó Valdivia.
Por este lado, el camino de Castillo está lleno de obstáculos. Aunque Perú Libre ganó el mayor número de escaños al Congreso en las últimas elecciones legislativas, con sus 37 asientos está muy lejos de contar con la mayoría de la Cámara.
Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, la rival de Castillo e hija del expresidente Alberto Fujimori, tiene 24 escaños. Alianza para el Progreso, otro partido de derecha y a favor del libre mercado, ocupará 16 asientos de la nueva legislatura.
“Nada más entre Fuerza Popular y Alianza por el Progreso tienes 40 votos que se opondrían a Perú Libre”, dijo el diplomático mexicano. “En principio no se vería que en el Congreso peruano pasaría de manera sencilla estas determinaciones. Habría un camino legislativo largo para que esto se materialice”.
