El misil ha dejado un cráter de 4 a 5 metros de diámetro entre dos inmuebles de cinco pisos que quedaron totalmente destruidos y donde los bomberos tratan de extinguir las últimas llamas.
La población del Este de Ucrania teme la llegada de los rusos
Numerosos edificios más alejados del impacto han quedado gravemente afectados, con ventanas rotas cuyos marcos cuelgan en el vacío.
En esta ciudad a 30 kilómetros de Járkov, la segunda urbe de Ucrania, los bombardeos rusos resonaron durante parte de la noche. La policía no difundió un balance de daños pero, por la mañana, estos parecían considerables.
Cuatro edificios quedaron completamente destruidos. Sobre ellos se levantaba una espesa columna de humo negro visible desde lejos.
Serguéi, de 67 años, que ha sufrido algunas contusiones durante los bombardeos, intenta tapar las ventanas de la planta baja de su apartamento con una mesa.
"Me quedaré aquí. Mi hija está en Kiev y allí es parecido", asegura este ucraniano, en referencia a las explosiones registradas durante la mañana en las principales ciudades del país, incluida la capital.
Según él, el misil estaba dirigido al aeropuerto militar próximo. "Formaba parte de los objetivos que Putin había citado, ni siquiera me sorprendió", continúa.