En conferencia de prensa común, Biden y Kishida adoptaron un tono firme ante China y abogaron por su "visión común de (una región) Indo-Pacífica libre y abierta" y acordaron vigilar la actividad naval china en la zona donde Beijing tiene crecientes ambiciones.
Al preguntársele a Biden si Estados Unidos intervendría militarmente contra China en caso de intento chino de tomar por la fuerza el control de Taiwán, el presidente respondió: "Es el compromiso que asumimos".
"Estamos de acuerdo con la política de una sola China, y hemos firmado por ella (...) pero la idea de que Taiwán deba ser tomada por la fuerza no es apropiada", agregó.
China considera a Taiwán como una provincia rebelde que debe ser integrada en el país, por la fuerza si fuera necesario
Beijing replicó este lunes que está dispuesta a defender sus intereses nacionales en Taiwán.
"Nadie debería subestimar la firme determinación, la firme voluntad y capacidad del pueblo chino de defender la soberanía nacional y la integridad territorial", dijo a los periodistas el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
Rusia "debe pagar el precio"
Biden también atacó al gobierno ruso, que "tiene que pagar un precio a largo plazo" por su "barbarie en Ucrania", aludiendo a las duras sanciones impuestas por Washington y sus aliados.
"No se trata solo de Ucrania. Si no se mantienen las sanciones en muchos aspectos, ¿qué señal enviaríamos a China sobre el costo de un intento de tomar de Taiwán por la fuerza?", se preguntó.