En una audiencia en el Senado la semana pasada, el ministro de Defensa de Bolsonaro propuso una "votación paralela" el día de la elección con una segunda urna que reciba votos en papel.
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"Estamos a tres meses de las elecciones, las propuestas sugeridas por las Fuerzas Armadas prácticamente anula la posibilidad de manipulación (...) No podemos enfrentar unas elecciones bajo el manto de desconfianza".
Bolsonaro, quien ha dicho que modeló su presidencia a partir del mandato de Donald Trump en Estados Unidos, se ha hecho eco de las acusaciones infundadas de fraude del ex presidente estadounidense en las elecciones del 2020.
El ultraderechista ha convertido el sistema de urnas electrónicas en blanco de ataques debido a su supuesta vulnerabilidad, que podría ser usada en su contra.
En varias ocasiones Bolsonaro ha dicho, sin ofrecer pruebas, que hubo fraude en las elecciones de 2014 y en la de 2018, cuando el mandatario alega que habría sido electo en primera vuelta.
Brasil adoptó el sistema de urnas electrónicas en las elecciones municipales de 1996. Además de ofrecer una resultado de forma más ágil al voto papel, hasta el momento no se comprobaron problemas de seguridad.
El mandatario competirá en el próximo 2 de octubre con el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en las encuestas.
Sus intentos por desacreditar al sistema electoral de Brasil, que se ha utilizado desde 1996 sin evidencia de irregularidades, ha llevado a sus opositores a sospechar que Bolsonaro puede negarse a aceptar una posible victoria de Lula da Silva, quien tiene una ventaja de dos dígitos en las encuestas de opinión.
Con información de AFP y Reuters