Milei, un libertario de derecha, había insultado al Santo Padre durante su campaña electoral, llamándole "imbécil que defiende la justicia social". Pero ha cambiado de tono en el cargo, mientras trata de reforzar el apoyo de la base conservadora católica en su país en medio de crecientes desafíos.
Antes del encuentro, cuando se le preguntó sobre los insultos previos, el jefe de la oficina doctrinal del Vaticano dijo: "El Papa es una persona que siente mucho afecto por todos, por lo que no tiene alguna animosidad”.
El Santo Padre había visto los comentarios del pasado "como una estrategia de campaña", dijo a los periodistas el cardenal Víctor Manuel Fernández, también argentino. Aunque a Francisco no le gusten "algunas tendencias políticas e ideológicas" en Argentina, "siempre estará preocupado por los que sufren", añadió.
Papa Francisco y Javier Milei en el Vaticano
En un tono más formal que su encuentro del domingo, este lunes pudieron hablar extendidamente y tratar de estrechar su relación después de los insultos que Milei espetó al papa en el pasado.
Uno de los temas dominantes fue la grave crisis económica que atraviesa Argentina, con un 40% de la población en situación de pobreza, una inflación superior al 200% a finales de 2023 y una recesión prevista este año por el FMI.
Después de ver al papa, el mandatario se entrevistó con Pietro Parolin, el Secretario de Estado vaticano. En un breve comunicado, la Santa Sede señaló a propósito que durante las "cordiales conversaciones en la Secretaría de Estado", se abordó detenidamente "el programa del nuevo gobierno para enfrentar la crisis económica" en Argentina.