OPINIÓN: Trump siempre defiende a los abusadores de mujeres

La más reciente defensa del presidente fue para su candidato a la Suprema Corte, Brett Kavanaugh, por sus ataques contra Christine Blasey Ford, comenta Dean Obeidallah.
A solo unas semanas de las elecciones de noviembre en EU, las encuestas indican que Trump podría estar en graves problemas con las mujeres estadounidenses.

Nota del editor: Dean Obeidallah fue abogado; conduce el programa The Dean Obeidallah Show, que se transmite diariamente por la estación estadounidense SiriusXM, y es columnista del sitio The Daily Beast. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) - Aunque Trump sea impredecible, ha sido bastante coherente en un sentido: defiende a los hombres acusados de abusar de mujeres y

busca socavar a las acusadoras. Este noviembre, en las primeras elecciones nacionales que se celebrarán en Estados Unidos desde que comenzó el movimiento #MeToo, es probable que Trump y el Partido Republicano paguen el precio.

La más reciente defensa de Trump

a la Suprema Corte, Brett Kavanaugh, y sus ataques contra su acusadora, Christine Blasey Ford, no ayudarán a la causa de su partido. Tan solo hay que ver cómo habló de ambos cuando Ford acusó a Kavanaugh de haberla agredido física y sexualmente en preparatoria, misma que él niega vehementemente.

Trump ha halagado públicamente a Kavanaugh. Dijo que es un "gran caballero" y una persona con un "intelecto sobresaliente" que "nunca ha tenido ni siquiera una manchita en su historial". Trump incluso simpatizó con la familia de este hombre: aseguró que sentía "horrible" porque tienen que soportar las consecuencias de las acusaciones de Ford, incluso las amenazas contra el candidato. Pero cuando se trata de Ford,

empatía ni comprensión.

Aunque al principio Trump dijo que deberían escucharla, después comentó: "Me es muy difícil imaginar que haya pasado algo" respecto a la acusación de Ford. Dos días después, atacó la integridad de Ford en Twitter: "No me cabe la menor duda de que si el ataque contra la Dra. Ford fue tan malo como dice,

una denuncia inmediatamente con las autoridades locales, ya sea por parte de ella o de sus padres que la quieren".

Pese a que se dijo que Ford "había sido objeto de acosos violentos e incluso de amenazas de muerte" que obligaron a su familia a huir de su hogar, Trump no ha dicho nada para solidarizarse con su familia.

Pero esto no es nuevo. Desde hace décadas, Trump

del lado de los hombres, no de las mujeres que valientemente han reportado los abusos sufridos. Uno de los primeros ejemplos ocurrió en 1992, cuando defendió al boxeador Mike Tyson, a quien condenaron por violación.

Trump afirmó públicamente que habían "sido injustos" con Tyson en el juicio e incluso insinuó que la víctima, Desiree Washington, tenía cierta culpa: "Hay una joven que está en su habitación de hotel, muy entrada la noche, por su

Luego ocurrieron los escándalos de Bill Clinton con Paula Jones, Monica Lewinsky y otras mujeres. Trump se puso del lado de Clinton, dijo que él era la víctima y afirmó que sus acusadoras eran "un grupo horrible de personas", además de "nada atractivas" físicamente. Claro que en 2016, cuando fue pertinente

Trump dijo que varias de las mujeres que habían acusado a Clinton habían sido "valientes" y las invitó al debate con Hillary Clinton.

Ese mismo año, Trump defendió al exdirector de Fox News, Roger Ailes, cuando 25 mujeres lo acusaron de acoso sexual y conducta impropia. Incluso dijo que las víctimas eran malagradecidas: "Puedo decirles que yo sé cuánto ayudó a algunas de las mujeres que se están quejando". Defendió a Ailes y dijo que es "una persona muy, muy buena". Ailes negó las acusaciones.

En 2017, Trump defendió a otros dos hombres acusados de abusar de mujeres. Primero, a Bill O'Reilly, de Fox News. "No creo que Bill

nada malo", dijo. Seguramente O'Reilly agradeció los comentarios de Trump porque sigue afirmando que es inocente. Luego, Trump se puso del lado del candidato republicano al Senado, Roy Moore, a quien varias mujeres acusaron de conducta impropia. Declaró: "Miren, él lo niega".

El ejemplo más vil podría ser el de febrero de este año: Trump defendió a su entonces asistente, Rob Porter, a quien señalaron de haber abusado físicamente de sus dos exesposas, Colbie Holderness y Jennifer Willoughby, acusaciones que Porter negó. Aunque se publicó una foto de Holderness con un ojo morado, Trump, como siempre, no apoyó a ninguna de las mujeres, solo manifestó

por Porter y dijo: "Ciertamente le deseamos lo mejor. Evidentemente es un momento difícil para él… esperamos que tenga una carrera maravillosa".

Además, Trump evidentemente hizo lo mismo cuando varias mujeres acusaron a Trump, en las últimas semanas de la campaña presidencial de 2016, de haberlas agredido sexualmente, señalamientos que negó (cosa que no sorprende a nadie). En un mitin en octubre de 2016, Trump dijo que

eran "unas mentirosas", lo que suscitó una ovación de sus partidarios.

Trump ganó las elecciones presidenciales de 2016, pero eso fue antes de que el movimiento #MeToo despegara. La pregunta ahora es si Trump por fin rendirá cuentas en noviembre. Es cierto que no está en la boleta, pero las elecciones intermedias

una especie de referéndum sobre el presidente.

Las encuestas indican que Trump –e incluso el Partido Republicano- podría estar en graves problemas con las mujeres estadounidenses. En las elecciones de 2016, Trump

del 41% de las electoras. ¿Cómo le está yendo hoy? En una encuesta reciente de CNN, se determinó que solo el 29% de las mujeres aprueba la labor de Trump como presidente, a diferencia del 42% de los hombres.

Espero que las electoras —y sus aliados— participen en estas elecciones para

a Trump que hay que creerles a las mujeres, no satanizarlas. Si eso ocurre, significará que #MeToo ya no es solo un movimiento cultural, sino también un poderoso movimiento electoral.