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Design Thinking y los mandos intermedios

Para lograr los resultados avanzados que vienen con el pensamiento creativo desde una perspectiva innovadora, es sumamente importante empoderar al equipo de una organización, opina Salvador Velázquez.
mié 31 julio 2019 02:09 PM

Alguna vez un Director General de una empresa multinacional dijo: “Nos ha resultado bastante fácil decidir hacia dónde queremos ir. La parte difícil es conseguir que la empresa actúe con prioridades nuevas buscando soluciones innovadoras”. Por ello el auge y popularidad actual del Design Thinking viene por su capacidad para generar en muy poco tiempo estas soluciones, cuya generación y aplicación corresponde de manera fundamental a los mandos intermedios.

Hoy más que nunca está claro que en la naturaleza como en los negocios, y las relaciones humanas, sobrevive el que mejor y más rápido se adapta y fluye con los cambios. En la actualidad, el “monstruo del cambio” ha adoptado el nombre “VUCA” que son las siglas en inglés de “Volatilidad”, “Incertidumbre”, “Complejidad” y “Ambigüedad”, situaciones que enfrentan los líderes con sus equipos y sus negocios dentro de un mundo globalizado, hiperconectado y saturado de información.

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Es ahí donde el Design Thinking se suma al arsenal de soluciones proactivas y sustentables para nutrir la mente y el espíritu humano, con energía y métodos creativos para desarrollar la resiliencia y habilidad de adaptación en las personas, las familias, los equipos y las organizaciones.

El Design Thinking es una metodología centrada en el usuario y orientada a la acción. Su principal objetivo es generar soluciones de acuerdo a problemas detectados en un determinado marco de trabajo. Esta metodología se basa en la lógica, la imaginación, la intuición y el razonamiento sistémico para explorar las posibilidades de lo que podría ser y para crear los resultados deseados que benefician al usuario final.

Los resultados de un proceso de Design Thinking adaptan las necesidades de las personas a lo que es tecnológicamente viable y a lo que una estrategia de negocio realista puede convertir en valor para el cliente y oportunidad de mercado.

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Dada su versatilidad y capacidad para llevar rápidamente a la acción ideas, puede ser utilizado por cualquier grupo de personas que quieran afrontar un reto y por ello, para los mandos intermedios, se convierte en una metodología que le ayudará para impulsar el cambio.

El Design Thinking es la arquitectura sobre la que se establecen los procesos de pensamiento que apuntan a la innovación y al desarrollo de nuevas ideas, siempre en un marco de actuación que persigue la satisfacción del cliente por la vía más directa, la entrega de valor.

Un ciclo de Design Thinking se caracteriza por:

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1. La búsqueda de la innovación centrada en la persona.
2. La necesidad de la observación para descubrir las necesidades no satisfechas dentro de un contexto y las limitaciones de una situación particular.
3. La interacción de las soluciones, que se van completando con nuevas ideas, probando y ajustando.
4. La involucración de clientes o usuarios finales, que minimiza la incertidumbre y el riesgo de la innovación.
5. El uso de las percepciones, en las que se confía, entendiéndose que complementan a los datos objetivos.

Para lograr los resultados avanzados que vienen con el pensamiento creativo desde una perspectiva innovadora, es sumamente importante empoderar al equipo de una organización. Esto significa que los líderes deben facilitar una cultura de inventiva e ideas audaces.

Es por ello que la clave para fomentar el Design Thinking en la organización está en el liderazgo, que deberá impulsar un crecimiento significativo y animar a probar soluciones alternativas y nuevas vías, desde la aceptación de que es probable que sea necesario introducir cambios y adaptar los resultados para generar mayor valor.

Solo podremos crear innovaciones y avanzar si nuestros mandos intermedios son capaces de operar por sí mismos. Desarrollar las capacidades de los mandos intermedios es una decisión estratégica para la organización. Son ellos luego los responsables de llevar a cabo con éxito los procesos y/o productos que permiten a la empresa sostenerse y crecer en el mercado.

Otra de las grandes ventajas de esta metodología es que puede usarse con éxito en cualquier industria, no sólo en tecnología o diseño.

Por eso, este marco de pensamiento y de trabajo se aplica en el gobierno, la atención médica, los servicios financieros o las organizaciones sin fines de lucro. Cualquier campo es potencialmente maduro para este tipo de innovación.

Y como dijo el autor del libro “Design Thinking para la Innovación Estratégica”, Idris Mootee: “Design Thinking es la búsqueda de un equilibrio mágico entre los negocios y el arte, la estructura y el caos, la intuición y la lógica, el concepto y la ejecución, el juego y la formalidad, el control y la autonomía”.

Nota del editor: Salvador Velázquez Uribe es Director Nacional de Marketing en el Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo ICAMI. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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