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Liderazgo ambidiestro: el orden del caos

La habilidad de un líder para ser ambidiestro puede significar la diferencia en la supervivencia de su negocio, dice Luiz Meza.
vie 06 septiembre 2019 10:43 AM
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Un buen líder da el ejemplo para que su equipo mantenga un debate armonioso.

(Expansión) - Un contexto en constante cambio demanda directores que logren el equilibrio entre productividad e innovación.

Recuerdo que hace algunos meses leí en las noticias que Cristiano Ronaldo había alcanzado la deslumbrante cifra de 600 goles anotados en clubes. Una de estas memorables anotaciones fue frente al Inter de Milán con un potente tiro de izquierda que dejó sin oportunidad al portero. Su anotación fue doblemente notable si consideramos que el portugués no es un zurdo natural. A fuerza de trabajo y tenacidad, además de su claro talento, es uno de los mejores jugadores ambidiestros de la historia.

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Los jugadores ambidiestros no son valiosos sólo en los deportes, en el terreno de los negocios también es una habilidad muy preciada en un líder y va más allá de una capacidad motriz. Un líder considerado “diestro” (gobernado por el lado izquierdo del cerebro) apela a sacar el mayor provecho a las condiciones actuales al optimizar el modelo de negocios; un líder “zurdo” estará más orientado a la innovación y creatividad con el fin de redefinir el modelo de negocio de acuerdo a lo que el mercado demanda.

En medio de un ambiente empresarial que cambia constantemente, con nuevas realidades del trabajo y una evolución digital que permea y transforma cada proceso y persona dentro de la organización, la habilidad de un líder para ser ambidiestro no solo es deseable, sino que puede significar la diferencia en la supervivencia de su negocio.

Nos enfrentamos a la necesidad de aprender a transitar por ambos caminos: mantener la eficiencia y productividad de nuestras organizaciones bajo las condiciones de operación habitual, al tiempo que vigilamos los cambios en el mercado y en el comportamiento de los clientes, para evolucionar el modelo de negocio actual a su versión 2.0.

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Para pensar como ambidiestro, debemos permitir cierto caos en medio de un ambiente controlado. La eficiencia y la innovación juegan en el mismo campo con una meta común: seguir creciendo sin quedarnos obsoletos

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Para que una nueva forma de pensar cobre vida debe transmitirse y “contagiar” a más personas, por lo que un líder ambidiestro necesitará que su equipo de trabajo abrace este mindset, siendo capaz de debatir de manera sana y respetuosa sobre qué practicas se deben conservar, en pro de mantener la eficiencia, y qué debe evolucionar, por el bien de toda la compañía.

Estas conversaciones generarán tensión entre los líderes y por ello debe haber reglas de juego claras en cuanto a cómo se manejarán, y el líder que promueva este pensamiento en la organización debe enseñar a su equipo a manejar la tensión y el conflicto de manera que no debilite la confianza y el trabajo en equipo .

Una vez que el equipo de liderazgo aprenda a disfrutar el orden del caos, será momento de permear esto a toda la organización, a través del ejemplo, de cambios en la estructura organizacional o de objetivos que promuevan cuestionar lo que se ha hecho, pero cuidar lo que funciona.

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Si volvemos a la analogía del ambidiestro físico, aunque algunos nacen con esta característica, muchas personas logran desarrollarla con entrenamiento y constancia, así que, si hoy como líder no siente que domina ambos enfoques, es momento de comenzar a trabajar en ello, haciendo pequeños experimentos que le permitan entender en la realidad de su negocio y cultura de la organización cómo puede avanzar.

Lograr un liderazgo ambidiestro reside en un delicado equilibrio de elementos comúnmente no integrados en una empresa, pero que en los últimos años han demostrado su efectividad por el espacio que dan a la autocrítica en pro de mejorar la productividad y generar innovación en un contexto externo que lo demanda permanentemente, así después de mucha práctica y entrenamiento, seremos los Cristiano Ronaldos de nuestra industria.

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Nota del editor: Luis Meza es Socio Director en Consultoría de Deloitte México. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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