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¿La 4T al rescate de la industria petroquímica?

La 4T busca dar una nueva oportunidad a los complejos de Pemex involucrando a la IP y buscando fortalecer encadenamientos productivos, dice Adrián Duhalt.
mar 10 septiembre 2019 12:27 PM
Rocío Nahle
La secretaria de Energía, Rocío Nahle, se hizo la prueba de COVID-19 y dio negativo.

(Expansión) - Sexenio tras sexenio se reconocía en el discurso la naturaleza estratégica de la industria petroquímica estatal, pero en los hechos, parecía que la consigna era fraguar gradualmente el achicamiento de las capacidades productivas. El sur de Veracruz, región que alberga la gran mayoría de los activos petroquímicos de Pemex, ha sido testigo del continuo deterioro de la actividad.

Hoy la 4T no solo está a favor de darle otra oportunidad a los complejos de Pemex, sino también de involucrar a la iniciativa privada – al menos es lo que ha admitido tanto la secretaria de Energía Rocío Nahle como el jefe de la oficina de la presidencia Alfonso Romo.

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La titular de Sener, quien ejerce una influencia política notable en el Estado tras ser elegida senadora y cuya trayectoria profesional está vinculada a la industria petroquímica en Coatzacoalcos, reconoce la vocación industrial de la región y se ha pronunciado sobre la necesidad de “ rehabilitar algunas instalaciones” petroquímicas dado que se trata de la actividad “donde mayor valor agregado se obtiene en el procesamiento de los hidrocarburos”.

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Romo recientemente se mostró conforme en que “todo lo que es petroquímica (sea) para el sector privado.

El presidente López Obrador, por su parte, también ha señalado lo importante de rescatar a la petroquímica. O al menos es el mensaje (y video) que el pasado 16 de junio desde Camargo, Chihuahua, en visita a una planta de amoniaco de Pemex que ha permanecido sin producir desde la década pasada, el presidente López Obrador escribía en su cuenta de Twitter : “sacaremos de la ruina a las plantas petroquímicas para producir fertilizantes y aumentar la producción en el campo”.

La postura de AMLO, Nahle y Romo está en línea con el Objetivo Estratégico 7 del Plan de Negocios de Pemex, en donde se contempla “incrementar la disponibilidad y, en su caso, diversificar las fuentes de materia prima para la producción de etileno y sus derivados y la cadena de aromáticos,” así como “fortalecer, bajo criterios de eficiencia, la producción de fertilizantes”.

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Una lectura que se desprende de todas estas señales es que la 4T contemplaría evaluar qué activos petroquímicos de Pemex son de interés para el sector privado. Asimismo, lo que no debemos ignorar es que los retos son considerables, siendo el suministro de gas natural a la región quizá el más apremiante. El gobierno de AMLO sabe que la petroquímica de Pemex, además de ayudar a fortalecer encadenamientos productivos, está en línea con algunas de sus promesas.

Industria estratégica

Es esta discusión, hablar de las capacidades productivas de Pemex es hablar del sur de Veracruz. Ahí, la presencia de los complejos petroquímicos de Pemex (Cosoleacaque, Cangrejera, Morelos y Pajaritos) motivó a que otras empresas (estatales y privadas) también llegaran a la región. Esto dio paso a la creación de una aglomeración geográfica de empresas petroquímicas, donde el papel de Pemex ha sido primordialmente la producción de insumos (amoniaco, etileno y otros derivados del etano) que son transformados por las demás empresas de la región en productos intermedios, siendo éstos a su vez demandados en el resto del país por un sinnúmero de industrias (plásticos, fertilizantes, pinturas, textiles, detergentes, automóviles, acero). Este modo de organización industrial significa que el incremento en la producción petroquímica de Pemex tiene el potencial de tener un impacto más allá del sur de Veracruz.

Dos casos ayudan a ilustrar lo anterior: Aumentar la producción de alimentos y reducir las importaciones, como lo ha planteado el presidente, necesita del desarrollo de una de las cadenas de valor de la petroquímica más importantes de Pemex: amoniaco - urea. De acuerdo a datos de la misma empresa, el Complejo Petroquímico de Cosoleacaque ha cesado la producción de amoniaco desde septiembre del 2018. Mientras que Agronitrogenados, la planta de urea que adquirió Emilio Lozoya , continua sin funcionar y envuelta en escándalos de corrupción.

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Reiniciar la producción de amoniaco y urea significa que, eventualmente, se reducirían las importaciones de fertilizantes y los agricultores mexicanos dedicados al cultivo de granos básicos tendrían acceso a urea nacional.

Otro ejemplo lo encontramos en la manufactura de automóviles y de autopartes, donde el eslabón más débil en la cadena de proveeduría nacional es el suministro de materias primas como las resinas plásticas. De modo que esta actividad tan importante para el país - México es el sexto jugador mundial - también puede salir beneficiada si la 4T consigue elevar los niveles de producción en la cadena del etileno, de la cual se derivan resinas plásticas que hoy se importan en grandes volúmenes.

¿Ahí viene el gas?

Si bien la infraestructura de transporte creció en la administración pasada, extendiendo con ello la disponibilidad de la molécula a más estados, el saldo que heredó el gobierno de AMLO en términos de suministro es de una vulnerabilidad enorme. El sureste es la zona del país que más padece esta realidad, incluido el sur de Veracruz, donde las limitaciones existentes en infraestructura para hacer llegar el gas, aunado a la caída en la producción, son parte de los factores que han menguado el desempeño de los complejos de Pemex.

El pasado 22 y 23 de agosto, a iniciativa del Consejo Coordinador Empresarial y la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados y con la presencia de los gobernadores de Yucatán, Campeche y Quintana Roo se llevaron a cabo una serie de mesas técnicas en Mérida donde representantes del gobierno y empresas discutían las alternativas para que el sureste del país cuente con un suministro más confiable.

Ahí, Elvira Daniel, directora del Cenagas, expuso las 6 acciones que el gobierno contempla para resolver la problemática, entre las que destaca la reconfiguración de la estación de compresión de Cempoala en Veracruz, la cual está pensada para modificar el flujo de gas en el ducto Cactus, Chiapas – Reynosa, Tamaulipas, y que cuando esté concluida en el 2020 sea parte esencial para el transporte de gas al sur de Veracruz y sureste de México. Para ello, el acuerdo al que han llegado la Comisión Federal de Electricidad y las empresas operadoras del gasoducto sur de Texas – Tuxpan son buenas noticias.

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No obstante, ésta no es la única opción de suministro. El 27 de noviembre del 2018 Pemex hizo público que el campo Ixachi, ubicado en el municipio de Tierra Blanca, Veracruz, contiene reservas 3P que se estiman en más de 1,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, un volumen mayor a lo que inicialmente se valoró. La ventaja de Ixachi es que, según cálculos oficiales, podría entrar en fase de producción rápidamente.

De acuerdo con el Plan de Negocios de Pemex 2019-2023, se estima que Ixachi alcance una producción de aproximadamente 400 y 600 millones de pies cúbicos diarios de gas hacia finales del 2020 y 2021, respectivamente. Y dada la proximidad de los gasoductos existentes, el pronóstico es que parte de esa producción podría mandarse a las plantas petroquímicas de Pemex y privadas en Coatzacoalcos y la región.

Escenarios adicionales

Las motivaciones para rescatar esta actividad van más allá del impacto en cuanto a encadenamientos productivos, por lo que es importante tener presente dos escenarios adicionales del por qué la 4T debe poner atención a la petroquímica del sur de Veracruz:

El primero es de índole local. Coatzacoalcos y la región continúan siendo víctimas del desempleo y violencia . Al no reactivar la economía local, el sur de Veracruz podría convertirse en un foco rojo para AMLO y Nahle en las elecciones del 2021.

El segundo escenario es de carácter internacional. La revolución del gas shale en Estados Unidos ha motivado una ola de inversiones en plantas petroquímicas de alrededor de 140,000 millones de dólares en la costa del Golfo de México. Por lo que posponer el rescate de la petroquímica en el sur de Veracruz implicaría dejar pasar una oportunidad valiosa ante la posibilidad de que el creciente mercado doméstico de insumos petroquímicos sea atendido a través de importaciones.

En conclusión, la postura del presidente López Obrador y de la secretaria Rocío Nahle, aunado a los proyectos mencionados en este texto, nos hace anticipar que la petroquímica del sur de Veracruz estaría experimentando una fase de expansión en los niveles de producción. Aunque ello depende también de que se materialice la participación de los privados, como se ha sugerido.

Nota del editor: Adrian Duhalt es investigador posdoctoral en el Instituto Baker de la Universidad de Rice, Houston. Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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