De su saneamiento, aumento de producción y enorme trabajo para revertir su deterioro depende mucho del crecimiento prometido por el presidente y su gobierno, pero esos factores demandan tecnología de punta, financiamiento y, paradójicamente, la creación de otras alternativas de energía limpia que bajen poco a poco la dependencia del petróleo.
OPINIÓN: Sobre nuestra mentada “soberanía” petrolera
No somos la única nación que está en esta encrucijada. Estados Unidos, Brasil y la misma región árabe saben que el petróleo es un recurso limitado, volátil y que impacta directamente al medio ambiente.
Si la política energética nacional sigue su curso, es posible que tengamos una nueva oportunidad de sacarle provecho a este recurso y fortalecer una industria, hasta hace un año, moribunda; pero también es probable que lo hagamos justo cuando sea inminente un cambio de dirección sobre la manera en que generamos la energía del planeta entero.
Nota del editor: Líder de la sociedad civil y empresario. Durante ocho años encabezó el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, y presidió la Red Nacional de Consejos Ciudadanos A.C. Es miembro numerario de la Legión de Honor Nacional de México. Cuenta con cuatro doctorados Honoris Causa por su trayectoria como líder de la sociedad civil en México. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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