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El fin justifica los medios (o no)

Para AL el problema no es si la salida de Evo Morales es o no un golpe de Estado, el problema real está vinculado al uso del poder político por parte de las fuerzas armadas, dice Fernanda Vidal.
mié 13 noviembre 2019 11:51 AM
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En un Estado democrático, las instituciones deben ser el instrumento preferente para guiar la conducta de gobernantes y gobernados, sin importar la posición social, económica, étnica , y/o política en la que uno se encuentre.

Para un buen funcionamiento de las instituciones del Estado, a éstas se les debe permitir actuar, funcionar y en caso de no lograr salvaguardar las crisis de gobernabilidad, se deben modificar.

La decisión del expresidente Evo Morales de llamar a una nueva elección podría haber generado mecanismos para permitir una resolución democrática, más con la asistencia de la comunidad internacional. Sin embargo, esa oportunidad nunca se dio.

Razones pudieron ser muchas. Para los críticos de quien fue presidente de Bolivia hasta hace unos días, se utilizaron las instituciones de gobierno para prorrogar el mandato del presidente y restringir a la oposición. Sin embargo, independientemente de los fines que se busquen alcanzar, medios antidemocráticos no deben ser los mecanismos para la defensa de la democracia.

Las fuerzas armadas y policiales de Bolivia actuaron por encima de la constitución al “sugerir” la salida del mandatario

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De acuerdo al artículo 245 de la Constitución de Bolivia, las fuerzas armadas están para “garantizar la estabilidad del Gobierno legalmente constituido”. Más aún, en su artículo 246 se señala que estas son obedientes, no deliberan y no realizan acción política.

A futuro, en el caso particular de Bolivia, algunas de las acciones de gobierno de la administración de Morales le sobrevivirán, por ejemplo, el haber garantizado los derechos de los pueblos indígenas en la Constitución. Carlos Mesa seguramente será el próximo presidente, después de que se convoquen nuevas elecciones . El vacío de poder podría tener consecuencias significativas en el de por sí bajo crecimiento económico de ese país.

De las protestas en Bolivia al cariño de Ebrard: Evo Morales en imágenes

BOLIVIA-ELECTION-RESULTS-PROTEST

Protestas en Bolivia

Así empezó todo: millones de personas marcharon en Bolivia contra los resultados de las elecciones del 20 de octubre, acusando de fraude a los comicios que resultaron en un cuarto mandato para el presidente Evo Morales (lo que hasta entonces había estado prohibido por la Constitución de ese país). En los disturbios, hubo fallecidos.
Foto: AFP/AIZAR RALDES
BOLIVIA-CRISIS-PROTEST-ELECTION-RESULT-POLICE

Los militares y policías, en contra de Evo Morales

Militares y oficiales de policía se unieron a las protestas contra el presidente boliviano Evo Morales. Poco a poco, las fuerzas de seguridad retiraron su apoyo al mandatario y comenzaron a presionarle para que renunciara.
Foto: AFP/DANIEL WALKER
BOLIVIA-CRISIS-ELECTION-RESULT-MORALES

Renuncia

El domingo, Evo Morales dijo que convocaría nuevas elecciones generales y renovaría a todos los jueces en el tribunal electoral, luego de un informe de la OEA invalidando los comicios anteriores por irregularidades. Finalmente, presentó su renuncia.
Foto: Enzo DE LUCA / Presidencia boliviana / AFP
Mexico's President Andres Manuel Lopez Obrador looks at  Mexico's Foreign Minister Marcelo Ebrard during the daily news conference at National Palace in Mexico City

México ofrece asilo

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, ofrecieron asilo político a Evo Morales, lo que éste aceptó.
Foto: REUTERS / Carlos Jasso
Bolivia's ousted President Evo Morales waves during his arrival to take asylum in Mexico, in Mexico City

Llegada a México

El derrocado presidente de Bolivia, Evo Morales, saluda a su llegada a México, el 12 de noviembre de 2019.
Foto: REUTERS / Luis Cortes
Bolivia's ousted President Evo Morales is welcomed by Mexico's Foreign Minister Marcelo Ebrard during his arrival to take asylum in Mexico, in Mexico City

Recibimiento caluroso

Evo Morales fue recibido por Marcelo Ebrard a su llegada para solicitar asilo en la Ciudad de México.
Foto: REUTERS / Luis Cortes
Bolivia's ousted President Evo Morales gestures during his arrival to take asylum in Mexico

Primeras declaraciones

"Mientras tenga la vida, seguimos en política. Mientras tenga la vida, sigue la lucha y estamos seguros que los pueblos del mundo tienen todo el derecho de liberarse", comentó Morales en un breve mensaje ante la prensa en México.
Foto: REUTERS/Edgard Garrido
Vestiges of last night's protests in El Alto

Y mientras, en Bolivia...

Una estación de policía saqueada después de las protestas de la noche anterior, luego de la salida del ex presidente boliviano Evo Morales del país. El graffiti en la pared denuncia: "Golpe de estado".
Foto: REUTERS / Marco Bello
Vestiges of last night's protests in El Alto

Vacío de poder

Bolivia vive un vacío de poder. Más de 24 horas después de la dimisión de Evo Morales, apenas se comienzan a perfilar los pasos que deben dar los liderazgos del país andino para tener un nuevo presidente.
Foto: REUTERS / Luisa González
Military members patrol the streets in La Paz

Militares en las calles

El jefe de la policía de La Paz pidió la tarde del lunes a las Fuerzas Armadas que intervengan para frenar la violencia generada en la ciudad por simpatizantes de Morales, pues su capacidad operativa fue superada.
Foto: REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
Military members patrol the streets in La Paz

¿Fue un Golpe de Estado?

“Si las fuerzas armadas se hacen cargo del país, entonces sí hablaremos de un golpe de Estado; pero si van a elecciones en estos primeros 90 días para formar un nuevo gobierno, entonces hay un respeto al orden constitucional para elegir a un nuevo presidente”, explica la académica Norma Soto Castañeda.
Foto: REUTERS / Carlos Garcia Rawlins
BOLIVIA-CRISIS-PROTEST-ELECTION-RESULT-POLICE

Detenciones

Tras la renuncia de Morales, la policía detuvo a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Choque, y a otros responsables de ese órgano por orden de la Fiscalía, que investiga irregularidades cometidas en las elecciones.
Foto: AFP/JORGE BERNAL
Reaction after Bolivia's President Evo Morales resigned

Situación tensa

Los bolivianos están ahora a la espera de que la situación se estabilice, probablemente con la convocatoria de nuevas elecciones.
Foto: AFP/RONALDO SCHEMIDT
People walk past roadblocks after last night's protests, following Bolivia's former president Evo Morales' exit out of the country, in El Alto

Después de las protestas

Después de las protestas, la gente pasa por los obstáculos en El Alto, Bolivia.
Foto: STRINGER/REUTERS
People stand in line to buy bread following Bolivia's former president Evo Morales' exit out of the country, in La Paz

Filas por comida

La gente hace cola para comprar pan después de la salida del ex presidente de Bolivia del país.
Foto: REUTERS / Marco Bello

Morales probablemente se aferró al poder de una manera que no fue aceptada por la comunidad a nivel nacional e internacional, y ese fue su error. Hay casos evidentes, menos incómodos, en lo que esto se ha realizado sin inconveniente- Angela Merkel- o incluso sin el voto de la gente -Boris Johnson-. Morales retendrá suficientes seguidores para ser una figura política constante en su país, pero es poco probable que vuelva a ocupar el cargo de presidente.

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Para América Latina, el problema de fondo no es si la salida de Evo Morales constituye o no un golpe de Estado. El problema real y el precedente que se genera es el uso del poder político por parte de las fuerzas armadas, por grupos que por cualquier medio menos uno democrático, han derrocado a un presidente. Una de las más grandes conquistas en las transiciones hacia la democracia en América Latina fue el retorno de los gobiernos civiles. Los militares en las calles han demostrado, de menos, una falta de autocontrol o contención. Es poco el entendimiento entre civiles y las fuerzas armadas, por decirlo de una forma suave. Lo mismo en Chile a finales de octubre de este año , que en la llamada guerra contra el narco en México en 2006.

El insistir que lo acontecido en Bolivia no fue, de menos, un proceso nada democrático para destituir a un presidente, similar o equivalente a un golpe de Estado, deja una puerta abierta para que las fuerzas armadas puedan deponer a cualquier gobierno cuando sientan que éste ha perdido legitimidad.

Sin importar lo que se piense de Morales, de sus políticas en el gobierno, o de las decisiones del Tribunal Supremo para que pudiera re-elegirse, los procesos no democráticos para hacerse del control gubernamental no pueden conducir a un régimen verdaderamente democrático. Las formas democráticas de gobierno deben prevalecer, pero al menos es necesario que todos nos preguntemos ¿A qué costo?

Nota del editor: Fernanda Vidal Correa es Profesora Investigadora de la Universidad Panamericana, Campus México. Doctora en Ciencia Política de la University of Sheffield. Maestra en Metodologías de Investigación Científica. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 1. Es miembro de la Politics Studies Association así como de la International Political Science Association, de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas, de Midwest Political Science Association, de la Southern Political Science Association y de la Latin American Studies Association. Miembro adjunto del Alto Panel de Naciones Unidas para el Empoderamiento Económico de las Mujeres. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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