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2020 para México: una economía bajo presión

La pobreza y debilidad del sistema productivo no dejan margen para prolongar etapas de nulo incremento en el PIB, opina José Luis de la Cruz.
mié 25 diciembre 2019 09:00 AM
Perspectiva
El 2020 será testigo del alcance real de las estrategias implementadas por el gobierno federal: sin lugar a duda que será complejo alcanzar todas las metas, considera José Luis de la Cruz.

(Expansión) – En materia económica, el segundo año de la llamada cuarta transformación definirá el alcance del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El 2019 dejó un legado de nulo crecimiento y recesión en el sector industrial que deberá enfrentarse con una estrategia de política económica distinta si en 2020 se quieren obtener resultados positivos.

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El gobierno conoce de primera mano la consecuencia de que el sistema productivo no crezca: baja recaudación tributaria y precarización del mercado laboral fueron dos aspectos que se hicieron patentes durante el segundo semestre del 2019.

Los costos sociales de un freno económico son muy elevados para un país como México.

La pobreza y debilidad del sistema productivo no dejan margen para prolongar etapas de nulo incremento en el PIB: el gasto de gobierno no es suficiente para mitigar la falta de oportunidades que un 0% de crecimiento económico propicia. Mucho menos si ello se traduce en desempleo, un fantasma que desde diciembre del 2019 comienza a rondar en la economía nacional.

Sin lugar a duda que el combate a la corrupción y a la falta de eficacia de la política económica eran una necesidad. De igual forma se requería una administración pública orientada a resultados.

El segundo año de la llamada cuarta transformación mostrará si los cambios implementados durante el 2019 fueron los adecuados para revertir ambos hechos. De particular relevancia es observar si después de un año ya maduró la estrategia de utilizar profesionistas con poca experiencia en el sector público. Sólo los resultados podrán responder dicha interrogante.

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De inicio el desafío vendrá de las propias expectativas del gobierno federal. Los Criterios Generales de Política Económica tienen como pilares un aumento en el PIB de 2%, una plataforma de producción de petróleo de 1.95 millones de barriles diarios y un incremento de la producción industrial de Estados Unidos de 1.1%.

La información de septiembre y octubre del 2019 presentó dos caídas consecutivas en la industria estadounidense, y la tendencia de su ciclo es negativa.

Por su parte, y de acuerdo con una declaración emitida por el titular de Pemex el pasado 9 de diciembre, la plataforma de producción de petróleo se ha estabilizado, pero no rebasa los 1.72 millones de barriles diarios, es decir, se encuentra 230,000 por debajo de la meta promedio del 2020.

En lo que corresponde al crecimiento económico, la caída en la construcción, en la extracción de petróleo y gas, en el 60% de las principales ramas que integran a las manufacturas, así como las tasas negativas en la mitad de los componentes vitales del sector servicios terminaron por exhibir la debilidad de la actividad económica nacional.

LEE: La debilidad económica en México se extenderá a 2020

La mayor parte de estos sectores no depende del presupuesto del gobierno, su desaceleración es atribuible a la falla estructural del modelo económico vigente desde hace casi 40 años.

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¿Qué pasará si los pronósticos de crecimiento, producción de petróleo y desempeño industrial de Estados Unidos no se cumplen? El gobierno no tendrá la recaudación tributaria que estimó para poder solventar su gasto e inversión.

Para revertir dicho escenario, se presentó un presupuesto orientado a la reactivación del sector energético y al gasto social, un acuerdo con el sector privado de fomento a la inversión y se apostó por una negociación suave en la reapertura del TMEC: el Partido Demócrata mantuvo una posición irreductible para que su gobierno planteara mayores restricciones a México en materia laboral, de contenido regional en acero y aluminio, así como una regulación ambiental más estricta para toda América del Norte.

El 2020 será testigo del alcance real de las estrategias implementadas por el gobierno federal: sin lugar a duda que será complejo alcanzar todas las metas, básicamente porque el crecimiento económico sigue subordinado a un segundo plano y no hay un programa de reactivación industrial que mitigue la recesión que se vive en ese sector.

Un segundo año de bajo crecimiento no pondrá en entredicho si el presidente López Obrador logra “pasar a la historia”, ese objetivo lo cumplió con su trayectoria y victoria electoral. En realidad, el 2020 pondrá a prueba si la llamada cuarta transformación puede pasar del terreno de la política al de una administración pública orientada a resultados: crecimiento, bienestar, empleo formal, inversión, seguridad, educación y servicios de salud de calidad, por ejemplo. Básicamente los parámetros que distinguen a los países desarrollados del resto y en donde México ha fracasado en los últimos 45 años.

Nota del editor: José Luis de la Cruz Gallegos es Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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