Aun cuando no respondió mi solicitud de no generalizar y especificar quiénes son algunos de esos epidemiólogos “patito”, la señora tiene razón sobre noticias falsas. Pero el fondo del tema es que el origen de toda esa información fue la inconsistencia en la comunicación oficial y las formas de transmitir mensajes que han ido de lo científico a lo político y de lo serio a lo irresponsablemente gracioso.
El resultado ha sido la pérdida en la credibilidad y la consecuente desconfianza en el gobierno por parte de diversos sectores de la sociedad.
La crisis de comunicación empezó a manifestarse el 28 de febrero, cuando el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, durante la reunión mañanera del presidente abundó en información que generó confusión.
Primero abordó el tema del crucero Meraviglia, con 6,000 pasajeros, que atracó en Cozumel y después de varias horas se la autorizó el desembarco de los pasajeros luego de corroborar que los exámenes a dos pasajeros presumiblemente contagiados dieron negativo; ello dejó la duda sobre los otros 5,998 pasajeros y tripulantes.
Luego habló de cuatro casos sospechosos en sendos Estados que fueron descartados, confirmó el primer caso en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, en la Ciudad de México, y uno más en el Laboratorio Estatal de Salud Pública de Sinaloa, y citó “otras personas de sexo masculino que están asintomáticos, uno en el Estado de México y otro en la Ciudad de México”.