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Mandato monetario dual: poder contracíclico completo

La prosperidad implica mejorar la situación económica de la población, mientras que la estabilidad significa mejorar el poder de compra de la sociedad, señala Alfredo Coutiño.
vie 17 abril 2020 11:59 PM

(Expansión) – La política monetaria en el país carece de poder contracíclico absoluto dada la limitación que le impone el mandato monetario antiinflacionario. Para defender mejor a la economía de los efectos negativos en situaciones de crisis, el país necesita dotar a la política monetaria de un poder contracíclico completo, lo cual implica remover la limitación del mandato único y adoptar un mandato dual.

La política monetaria, por naturaleza, no es fuente de crecimiento sino solo un instrumento para moderar los vaivenes de la economía de tal forma de mantenerla funcionando alrededor de su capacidad productiva. Así, cuando la economía crece por encima de sus posibilidades, se requiere que la política se ajuste para evitar el sobrecalentamiento y reducir el riesgo de desequilibrios, mientras que cuando enfrenta situaciones de crisis es necesario flexibilizarla para proveer estímulos que permitan mitigar los efectos negativos sobre el bienestar.

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El fin último de la política económica es el bienestar de la población, por lo que los instrumentos de política deben enfocarse a la búsqueda de dicho bienestar, sobre todo en épocas de crisis. Para que la política monetaria cumpla cabalmente su fin último de bienestar social se requiere que promueva la prosperidad y la estabilidad.

La prosperidad implica mejorar la situación económica de la población, mientras que la estabilidad significa mejorar el poder de compra de la sociedad.

La política monetaria actual, con mandato único, solo tiene como obligación la segunda característica: cuidar la estabilidad de precios o preservar el poder adquisitivo de la moneda. Esto implica que en épocas de alta inflación o inflación persistente, la artillería monetaria se enfoca primordialmente a controlar la inflación, consecuentemente imponiendo un costo sobre el crecimiento económico. Nada obliga a la política monetaria uniobjetivo a sacrificar inflación por crecimiento.

Así, en épocas de crisis cuando la economía mexicana sufre el tradicional impacto financiero y cambiario, que generalmente deriva en un rebrote inflacionario, la política monetaria sufre de una seria limitación para apoyar a la economía, porque tiene que enfocar el instrumento monetario a combatir la inflación.

Este comportamiento procíclico, apretamiento monetario cuando la economía se debilita, es un factor importante que ha agravado las crisis económicas de las últimas cuatro décadas en el país.

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Hoy día, ante la inminente crisis económica en puerta, la política monetaria enfrenta limitación aún para recortar el precio del crédito: la tasa de interés, porque la tasa de inflación estructural se mantiene persistentemente alta y con resistencia a disminuir. Por lo que, aún si existiera el buen deseo del banco central por apoyar a la economía, su limitación de mandato no le permite utilizar un poder contracíclico completo para mitigar el impacto económico, sino solo parcial a través del recorte de la tasa de interés.

Al pretender mantener la inflación relativamente controlada, el mandato único solo le permite al banco central evitar un mayor deterioro del poder adquisitivo de la población, pero no evita que la caída de la prosperidad económica se profundice.

Así, la política monetaria con mandato único carece de poder contracíclico completo para lograr su fin último: el bienestar social, porque solo está obligada a mantener la estabilidad pero no el crecimiento.

Para que la política monetaria también tenga poder para mitigar el deterioro de la prosperidad económica, se requiere liberarla de la limitación impuesta por el mandato único para dotarla del mandato dual. En este esquema dual, los instrumentos monetarios se obligan a calibrarse de tal manera de controlar el repunte inflacionario pero con el menor deterioro del crecimiento económico.

La gran ventaja del mandato monetario dual es que le permite al banco central manejar la liquidez en la economía no solo a través del precio sino también de la cantidad de crédito. En el mandato único el instrumento monetario por excelencia es la tasa de interés o precio del crédito.

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Con el mandato dual, en épocas de crisis, el instituto emisor podría hacer uso de la emisión de dinero para proveer liquidez al sistema a través de la recompra de valores en el sistema financiero, pero no para financiar al gobierno directamente. De esa misma manera lo hace la Reserva Federal estadounidense a través de su hoja de balance.

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De esta forma, el mandato dual le permitiría al banco central tener una política monetaria con poder contracíclico completo, tanto para contener el deterioro del poder adquisitivo de la población como para mitigar la caída de la economía y preservar el empleo.

Esto lo haría a través del manejo de la tasa de interés y de la disponibilidad de crédito al sistema, no al gobierno. Con ello, la política monetaria gozaría de un poder contracíclico efectivo para cumplir con su fin último que es la preservación y mejoramiento del bienestar de los mexicanos.

Nota del editor: Alfredo Coutiño es Director para América Latina en Moody’s Analytics. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las ideas expresadas son de la exclusiva responsabilidad del autor y de ninguna manera deben ser atribuidas a la institución para la cual trabaja.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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