(Nota: según la versión de algunos emprendedores, hay un lado B alrededor del Fideicomiso de Capital Emprendedor, pues sostienen que muchos de sus recursos se destinaban a fondos patito, con operaciones de garage, que nacieron de la panza del extinto INADEM)
Vendrá el levantamiento de cenizas y sobrevivirán los emprendimientos que, obvio, cuenten con liquidez, pero principalmente que tengan la habilidad de empatizar con un consumidor que manifestará nuevas patologías; al mismo tiempo, que migren con rapidez a plataformas digitales y que armen su organigrama en función de las nuevas condiciones del mercado.
Por lo pronto, las operaciones que daban cuenta de los años dorados del emprendimiento están suspendidas. Volverán pero bajo reglas distintas. Este día hay una devoción profunda en los fondos por preservar su capital en su portafolio. Nada más. Hay poca pólvora para invertir. Incluso, hoy está ocurriendo un cambio tectónico en el emprendimiento y en el resto de las empresas (que va a tono con la declaración del verano pasado del Business Council y con la reciente carta de Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock): las utilidades no son la única prioridad, al tiempo que el cash es el rey.
OPINIÓN: La importancia de la liquidez para reiniciar la actividad productiva
¿A nadie se le va a calentar la cartera? Los tiempos de crisis son, por naturaleza, tiempos de oportunidades. Hace unos días, varios fondos se adhirieron a una especie de juramento para no renunciar a sus compromisos, no abusar de las condiciones de mercado y, en resumen, operar de forma decente. Una muestra de integración y buena práctica.