El collage que se vendió durante años de campaña y que se materializó con la entrada de este gobierno no funciona para dar soluciones. No sirve para contener la pandemia que oficialmente ha cobrado la vida de más de 25,000 mexicanos hasta el momento. No resuelve la crisis económica derivada de las medidas de distanciamiento social adoptadas. No fortalece las finanzas públicas con mayor y mejor recaudación fiscal para ofrecer apoyos a las familias y pequeños negocios que atraviesan por uno de los momentos más duros a los que se han enfrentado en décadas. No genera confianza y certidumbre necesarias para atraer y retener inversiones, así como para detonar crecimiento. El plan solo ha servido para debilitar instituciones, alimentar una refinería inundada, inaugurar un tren grafiteado que atenta contra el medio ambiente y pagar por un aeropuerto mal planeado y que al final salió más caro que el anterior.
El collage nos falló a los mexicanos y le fallará al proyecto que encabeza el presidente. Después de una irresponsable gira por algunos estados de la República, los estrategas políticos de su movimiento se dan cuenta que el malestar es generalizado. El crimen y la violencia siguen en ascenso. No hay camas y equipo suficientes para hacer frente a la COVID-19. No hay apoyos para el desempleo, solo los mismos programas sociales mal diseñados de siempre. Lo que sí hay es impunidad y falta de interés en investigar los escándalos de corrupción en su Administración.
Ante el fracaso anunciado de las acciones y omisiones antes y durante la pandemia, vemos al Gobierno federal tratando de dar pinceladas en un inerte lienzo de símbolos y promesas: el SAT con su terrorismo fiscal y otras estrategias inadecuadas para elevar la recaudación a como dé lugar; la Secretaria de Salud más preocupada por la comunicación política que por la comunicación efectiva de la urgencia que implica la crisis sanitaria; el Poder Legislativo embistiendo la independencia y capacidad técnica de organismos autónomos; el presidente ninguneando al INE y autoproclamándose guardián de las elecciones.
OPINIÓN. México y su energía: tan cerca del gobierno y tan lejos del mundo
El 2020 impuso un reto enorme y francamente imposible de superar bajo la estrategia de política pública esbozada desde Palacio Nacional. Definitivamente la COVID-19 desnuda nuestros problemas estructurales más profundos, como lo ha hecho en todos los países emergentes que adolecen de los mismos diagnósticos sociales y económicos. La diferencia en México radica en que el proyecto ha decidido cruzarse de brazos ante lo que verdaderamente se debe de atender con urgencia. La pesadilla continúa y nuestros gobernantes se aferran a su agenda obsoleta.