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El ocaso de jefes tiranos y malos empleados

El shock que se está viviendo provoca en las empresas no ir por el objetivo, sino cumplir con actividades de muy corto plazo, opina Jonathán Torres.
mar 07 julio 2020 12:01 AM

(Expansión) – Ella era el alma de la oficina, pero el COVID-19 la capturó y su pérdida provocó un duelo muy profundo entre sus compañeros de trabajo. Los jefes, al percatarse de que su equipo estaba deprimido por lo ocurrido, tuvieron que recurrir a los servicios de un tanatólogo para que ellos pudieran despedirse de ella. La actual pandemia será recordada en la historia, entre otras cosas, por las secuelas que está generando el gran encierro y por las alteraciones mentales que provoca en las personas.

Ansiedad. Depresión. Pensamientos suicidas. Éstas, y muchas más, son las manifestaciones que los equipos de trabajo sintomatizan y que son materia de análisis para doctores, líderes, consultoras, expertos en management, quienes en voz alta sostienen que la mejor forma para contrarrestarlas es la resiliencia y la adaptación al cambio, pero en su conciencia saben que esta crisis no terminará pronto y derivará -en el mejor de los casos- en altas y bajas de la productividad.

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Hoy nadie sabe a ciencia cierta el impacto que la pandemia está provocando en la productividad. Algunos analistas aseguran que ésta se desplomó por el shock que viven los empleados. Otros celebran un incremento de 20% gracias a la hiperconectividad. Lo que es un hecho es que la revolución en los centros de trabajo continuará. Los modelos de negocio y la actitud de los clientes cambiarán, todos querrán ahorrar, los márgenes serán menores y entonces los ajustes en las estructuras no cesarán.

Según Accenture, el disfrute de trabajar en casa empieza a bajar de 79 a 67% (de marzo a mayo) y ya hay menos gente que piensa que es más productiva en casa (de 61 cayó a 52%). Mercer realizó un sondeo en 481 empresas y, de éstas, 68% evaluó un impacto positivo en la gestión y rendimiento de sus equipos. Otros reportes dicen que los millennials sueñan con quedarse en casa por el resto de sus días; que los techies se adaptan perfectamente al flex time y al flex location; mientras que la Generación X y los Baby Boomers viven de sus viejos recuerdos en la oficina.

Pero el modelo post COVID-19 en los centros de trabajo apenas se está escribiendo y se cree que hasta el primer trimestre de 2021 tendremos más definidas las políticas que las áreas de Recursos Humanos implementarán. Le creamos o no a Hugo López-Gatell, los contagios seguirán multiplicándose y las aperturas y cierres de oficinas serán un hecho, lo que dará paso a nuevos mecanismos de control.

Como sea, la pandemia está dejando al descubierto prácticas que antes de COVID-19 parecían escritas sobre piedra y que hoy son tan evidentes que también demuestran lo mejor y peor de jefes y empleados.

OPINIÓN: Nuevos modelos de trabajo e identidad de las empresas

Veamos: hoy la estrategia de las empresas no está basada en metas de largo plazo sino en cómo sobrevivir mañana y eso, colateralmente, está demostrando con mucha claridad quién trabaja y quién no. Aunque se trabaje en casa, el cumplimiento de resultados tiene un periodo de muy corto plazo y así es muy fácil saber quién aprovechó el home office para lograr la meta o como un periodo vacacional. Hoy, la irresponsabilidad aún tiene discípulos pero se impone más el trabajo en equipo.

El C-Suite de las empresas también pasa por una profunda reflexión. Los directores de Finanzas y de Recursos Humanos nunca imaginaron que tendrían que vivir adaptando continuamente su operación y uno de sus retos es dejar de ser solo vistos como “los que pagan la nómina”.

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Los directores generales estarán obligados sí o sí a reconocer que el éxito de sus empresas dependerá del desempeño de sus empleados y de las buenas condiciones que tengan para operar, aunque habrá otros que imprimirán más presión a su talento pues, bajo sus ojos, “ya tuvieron varios meses de vacaciones” o están invirtiendo mucho dinero en productos sanitarios y, a cambio, los empleados deben dar el doble de lo que producen.

El shock que se está viviendo provoca en las empresas no ir por el objetivo, sino cumplir con actividades de muy corto plazo. Los síntomas que despierta la pandemia obligan a la resiliencia colectiva y a la escucha empática hacia los colaboradores, con todo y que habrá en algunas organizaciones falta de enfoque, pérdida de concentración y hasta accidentes de trabajo.

OPINIÓN: Muchas empresas se han gestado en momentos de crisis, ¿yo qué puedo hacer?

La temporada de duelos aún no termina. Los líderes tiranos se manifestarán e intensificarán la descomposición en sus propias organizaciones. Pero terminarán pagando las consecuencias. Los empleados con mal desempeño y poco compromiso con las circunstancias de la empresa serán despedidos. Las empresas que no tengan la plasticidad para trabajar remotamente empezarán a extinguirse. Estamos siendo testigos de la apertura de millones de sucursales de las empresas en las casas de sus colaboradores, al tiempo que brillarán los empleados más capaces y surgirán nuevos líderes conscientes de proteger y empoderar a su gente.

El mundo corporativo, después de COVID-19, será conformado por “metapersonas”, sí, personas que aún no conocemos pero que hoy se están conformando al mismo tiempo con miedos, cuidados, circunstancias y una cultura más segura y amigable. ¿Qué historia, jefes y empleados, querrán contar de sus empresas después de estos días negros? En sus manos está su propia suerte.

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El aumento de salarios es una absoluta ingenuidad. También, el otorgamiento de compensaciones. Sin embargo, grandes corporativos saben que los puestos “más calientes y cotizados” serán aquellos dedicados al Marketing Digital, al Big Data, al manejo de personal, y por ello quieren blindarlos y, si es necesario, ofrecerles un bono, sobre todo si son key players y su desempeño es extraordinario.

Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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