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La responsabilidad en las redes sociales

Desafortunadamente las razones sanitarias relacionadas con la pandemia en ocasiones se han convertido en mensajes políticos y ofensas sin sentido, opina Mario Maraboto.
mié 08 julio 2020 05:00 AM

(Expansión) - Las redes sociales, que han sido una vía de denuncia o de exhibición de situaciones que afectan a la sociedad o a un sector de ella, son también medios de catarsis por situaciones que afectan a un usuario o a una comunidad.

A través de estas redes se ha sabido de casos de prepotencia, agresiones físicas a ciudadanos, abusos de poder, avances noticiosos, investigaciones periodísticas, fraudes, violaciones, manifestaciones y un sinfín de situaciones. Igual se leen noticias falsas que comentarios de periodistas, empresarios, gobernadores, jefes de estado, artistas, deportistas y de todo aquel que buscar expresarse.

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Pero a partir de la pandemia las redes también han sido el escenario en el que se dirimen diferencias ideológicas y de criterio, especialmente sobre la gestión de los responsables de la salud por parte de los diferentes órdenes de gobierno.

El Artículo 6º. de la Constitución Política de las Estados Unidos Mexicanos garantiza el derecho a la libre manifestación de las ideas sin ninguna inquisición judicial excepto en el caso “…de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros” y establece que toda persona tiene derecho a “difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión”.

En ese sentido, los usuarios de las redes sociales tenemos el derecho de expresar nuestras opiniones por cualquier medio, incluidas las redes sociales, pero también tenemos una gran responsabilidad. Un comentario sin sustento o carente de sensibilidad puede tener repercusiones que pueden ir desde sanciones penales, económicas o administrativas hasta la pérdida de la credibilidad de quien agrede y, en muchos casos, en la pérdida del empleo por violar derechos de terceros, afectar la reputación de una persona o institución, o atentar contra la dignidad de las personas.

Baste recordar que el año pasado una piloto de una aerolínea nacional fue despedida por sugerir en su red social arrojar una bomba en el Zócalo durante el grito de independencia.

Desafortunadamente no todos los usuarios emplean las redes sociales con responsabilidad y sensibilidad y ello genera controversias que en ocasiones pueden divertir, pero la mayoría de las veces pueden crear linchamientos hacia personas o grupos sociales o hacia quien utilizó irresponsable o irracionalmente la red social.

La situación es más grave cuando el usuario irresponsable de las redes sociales es una personalidad pública debido al poder de influencia que tiene sobre ciertos sectores de la sociedad y más cuando sus expresiones son frecuentes.

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AMLO sí o AMLO no; así se divide la política en redes

La controversia desatada por las declaraciones de la señora Beatriz Gutiérrez Müller sobre el asunto de los padres de los niños con cáncer (“no soy médico”) y su forzada disculpa es un ejemplo de lo anterior. Ella no es funcionaria pública pero sí es personalidad pública y de influencia por ser la esposa del presidente de la República.

Cabe recordar que la señora abrió su cuenta de Twitter en julio de 2017 para “publicar noticias, comentar y compartir cosas y detalles literarios y artísticos, y pensamientos u opiniones”. En mayo del año pasado la cerró “con el único fin de verificar mi propia identidad con relación a más de una veintena de cuentas apócrifas”, y el 16 de marzo de este año la reanudó con este mensaje: "Por razones estrictamente sanitarias levanto mi huelga en Twitter. Aviso que no leeré ninguna cochinada aunque paguen y se envilezcan. Volveré a la huelga cuando estemos salvos".

Desafortunadamente las razones sanitarias relacionadas con la pandemia en ocasiones se han convertido en mensajes políticos y ofensas sin sentido. Ha expresado en Twitter frases y calificativos que han resultado insultantes para algunas personas o sectores de la población: “epidemiólogos de ocasión” al referirse a especialistas que han dado su opinión sobre la gestión de la epidemia; “Quejas al gobierno, diríjanse a Palacio Nacional, por favor. Incluido usted” al responder a un político que reforzó una petición de apoyo para personas con discapacidad; “Es un honor viajar con Obrador” al referirse a una familia que se bajó del avión en que viajaría AMLO; con motivo del Día Internacional de la Mujer, convocó a “un día sin mujeres” en protesta contra la violencia de género pero a las pocas horas expresó en twitter “No al paro nacional”; y la más reciente, “no soy médico”, incluida la disculpa que inició con un mensaje político.

LEE: Beatriz Gutiérrez se lanza contra "mentiras" sobre el COVID-19

Derivado de este último se desató un linchamiento incluso ofensivo en contra de la señora Gutiérrez, cuya actitud me recordó la frase “el que se lleva se aguanta”: la señora se llevó, pero no se aguantó y decidió poner candado a su cuenta para dar acceso sólo a seguidores confirmados. Desde el 30 de junio, como los niños berrinchudos, sólo juega con sus cuates. Pero no por eso disminuyó el linchamiento.

¡Evidente falta de sensibilidad/solidaridad y exhibición de prepotencia! Con razón dicen que la pandemia nos está cambiando.

Nota del editor: Mario Maraboto es Licenciado en Periodismo por la UNAM. Investigador Asociado en la Universidad de Carolina del Norte. Autor del libro "Periodismo y Negocios. Cómo vincular empresas con periodistas". Consultor en Comunicación, Relaciones Públicas y situaciones especiales/crisis desde 1991. Escríbele a su correo mmarabotom@gmail.com y síguelo en Twitter . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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