La única manera de salir adelante es por supuesto con más trabajo, más dedicación, más frustración, más estrés, más concentración, más tiempo, más de pensar fuera de la caja, más de cuestionar profundamente en lo que creemos y de estar dispuestos a aprender en tiempo real, de forma interactiva, asumiendo los costos y capitalizando los aciertos.
Sin embargo, esta nueva forma no es algo que puedan hacer todas las organizaciones, puesto que sus capacidades son limitadas y sostener a través del tiempo un esfuerzo como el que ahora se requiere y que no tiene precedente, es una tarea sumamente compleja.
Estamos entrando a una era, en la que, la colaboración, apertura de mente y visión de largo plazo van a ser clave, considero que serán capacidades que posiblemente nos ayuden a navegar por esta tormenta, con algo de decoro y con algo que considero sumamente relevante y que bien podría ser un beneficio colateral, pero sería mejor si lo buscamos de forma consciente, que es la posibilidad de salir reinventados, transformados.
Es necesario no perder de vista que enfrentar esta situación y salir adelante es un proceso. Por supuesto que lograr el objetivo es clave y es lo que todos vamos a estar buscando, sobrevivir y salir adelante para aquellas organizaciones que lo tienen más complicado o bien aprovechar las oportunidades que ciertos sectores han encontrado. Pero el proceso es el que nos enriquece, el que nos enseña y el que nos reta constantemente.
No es lo mismo enfrentar situaciones complejas y altamente retadoras dentro de las organizaciones con una cultura basada en el control, la jerarquía y buscando resultados solo en el corto plazo. Ahora lo que se había predicado desde hace tiempo sobre la agilidad y la flexibilidad organizacional queda de manifiesto como dos de las más importantes capacidades de la nueva normalidad, estas capacidades, nos permitirán reaccionar antes, pero también anticiparse, en una mezcla de posturas y decisiones estratégicas que antes se manejaban por separado o a la sombra de los tamaños y las posibilidades de “empujar” a los mercados.