No es de extrañar entonces que también seamos testigos del avance y la democratización de los servicios financieros, que paralelamente han registrado un importante crecimiento en América Latina, donde los niveles de bancarización han alcanzado a cubrir hasta al 73% de su población adulta ( Banco Mundial ).
Nos encontramos, por tanto, en un proceso de digitalización económica que, si bien experimentó un importante adelantamiento desde el inicio de la pandemia, aún necesita de un plan estructural para consolidarse.
Una revolución ordenada
América Latina tiene ante sí la posibilidad de impulsar la recuperación de sus sectores productivos al promover un cambio estructural organizado en busca de un objetivo, que en este caso es la digitalización económica.
A pesar de que se han dado varios pasos adelante para impulsar la evolución, como el aumentar la cobertura de Internet por toda la región y facilitar el acceso a servicios financieros digitales, una revolución ordenada requiere de cambios mucho más profundos.
En primera instancia, es necesario que empresas y gobiernos busquen aplicar los principios que promueve el G20 para generar una inclusión financiera a través de un enfoque digital, con el fin de equilibrar la innovación, amplificar el ecosistema y generar una infraestructura que promueva el uso generalizado de las tecnologías de la información.
Dichas tecnologías, usualmente conocidas como TIC (Tecnología de la Información y la comunicación), tienen la capacidad de estimular el crecimiento económico al favorecer una transformación generalizada y habilitar herramientas con las que se mejora la competitividad de diferentes industrias y sectores, mientras que abren la oportunidad de generar nuevos negocios totalmente digitalizados (e-commerce).
El modelo de estos negocios digitales posee un carácter tecnológico mediante el que aprovechan los datos recabados de sus consumidores para mejorar su viaje de compra mientras que logran disminuir sus costes operativos al tomar decisiones con información obtenida en tiempo real.