Una sana cultura organizacional, dota de confianza y margen de maniobra a los integrantes de cada equipo de trabajo, bajo la premisa de que ellas y ellos disponen de la preparación y las habilidades suficientes para cumplir con sus atribuciones, abonando a alcanzar los objetivos institucionales.
En esta dinámica, los líderes y directivos asumen el papel de gestores de talento. Para tal cometido, será elemental conocer el perfil de cada colaborador; conducir el desarrollo de su potencial, brindándole responsabilidades a la medida de sus capacidades; y cohesionar al grupo de la mano de la comunicación efectiva y la motivación.
Muy relevante: la cultura de la confianza, al incentivar el pensamiento creativo y la innovación, comprende que los eventuales errores o proyectos fracasados son parte del proceso de crecimiento y madurez de la corporación. En cambio, ahí donde manda el autoritarismo y la cultura del miedo, cualquier posible equivocación es reprendida con fuerza, desmoralizando a los equipos de trabajo.
La confianza en el ámbito organizacional se construye todos los días, llegando a imprimirse en el ADN de la empresa. Claro está, depende de los líderes y tomadores de decisiones el funcionamiento de este modelo de administración, donde las aportaciones de cada colaborador son consideradas y evaluadas, y las oportunidades de ascenso profesional con base en méritos, constituyen una realidad.
Como corolario, las empresas que apuestan por la cultura de la confianza como Netflix, Disney Company, y Nissan, resultan calificadas anualmente como los mejores sitios para laborar. En adición, destacan por su elevada competitividad en sus respectivos mercados.
Si aspiramos a que el futuro del trabajo y la productividad tengan una cara cada vez más humana, es indispensable poner énfasis en la construcción de empresas y equipos de trabajo cuyo soporte sea el diálogo, el pensamiento colaborativo, y la confianza.
El fin último del liderazgo es promover el talento y producir nuevos líderes con la visión de encontrar soluciones en un mundo contemporáneo repleto de desafíos.
Nota del editor: José Guillermo Fournier Ramos es docente en la Universidad Anáhuac Mayab. Vicepresidente de Masters A.C., asociación civil promotora de la comunicación efectiva y el liderazgo social. También es asesor en comunicación e imagen, analista y doctorando en Gobierno. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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