La IA cuestiona nuestra relación con la creación y plantea múltiples cuestiones éticas y existenciales para nuestra humanidad.
¿Será un nuevo
deus ex machina
que multiplicará la creatividad por el bien de todos?
El deus ex machina es una técnica narrativa utilizada en el teatro griego y popularizada por Eurípides, a través del cual un personaje o acontecimiento inesperado llega a desentrañar una situación dramática. Este dios que sale de la máquina suele ayudar al héroe de la historia que por sí solo no podía.
Sin duda, la IA nos robará gran parte del protagonismo; a nosotros, los estrategas y los artistas, los escritores y los diseñadores, los filósofos y los juristas, los guionistas y los profesores, los artistas visuales, los traductores y los legisladores, etc.
La creatividad se va a democratizar y estandarizar. Ya no será el monopolio de los más talentosos. Para mal y para bien, como suele ocurrir con la tecnología que tiene esta característica de provocar simultáneamente una fuerte creación y destrucción de valor, y de trazar una línea muy estrecha entre la libertad y la esclavitud. La IA viene con un poder de “destrucción creativa” schumpeteriana, que no tiene nada que envidiar a las pasadas revoluciones industriales.
Los procesos de creación e innovación se acelerarán. Quizás más que la promesa del robot de redacción Jasper.io que promete ser “10 veces más rápido”. ¿Más rápido que qué? Que un ser humano, seamos claros.
La competencia va a ser dura para los que están hechos de hueso y médula. Con tales perspectivas, una gran empresa que solía necesitar un equipo de 10 redactores para su contenido editorial ahora solo necesitará uno o dos, que impulsarán a los robots y curarán el contenido producido artificialmente. Sus ojos perspicaces serán fundamentales para garantizar la relevancia del contenido a nivel estratégico y legal. Pero el ejemplo muestra que hay que predecir una caída del empleo para los trabajadores menos talentosos y del valor mercantil de los más talentosos.
La imaginación “outsourceada” con robots dejará atrás a los héroes creativos y creadores. Todos tendrán que reinventarse en una nueva era que revolucionará para siempre la producción y el consumo de inteligencia, entretenimiento y valor.
Entonces sí, la IA viene como este deus ex machina de las obras griegas, pero deja un sabor amargo. La historia es siempre más hermosa cuando el héroe de la historia encuentra sus propios recursos para salvar a la humanidad.
La IA se está apoderando de nuestro activo más valioso como humanos: crear inteligencia. El arte de ser humano es la creatividad y eso es lo que nos acerca a lo divino.