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El cobalto no brilla, pero es oro

La oferta de cobalto está superando la demanda mundial, incluso considerando el incremento identificado por la AIE. Sin embargo, ¿será esta una tendencia que continúe o meramente un efecto temporal?
mar 05 septiembre 2023 05:01 AM
El cobalto no brilla, pero es oro
En un futuro próximo, difícilmente veremos una reducción significativa en el campo de la transición energética. Sin embargo, existen tendencias que podrían reducir el estatus del cobalto como mineral crítico y/o estratégico, apunta Marco Antonio Pinal Bremer.

(Expansión) - Hace aproximadamente 2,500 años, el ateniense Temístocles afirmó: “quien domina el mar, domina todas las cosas”. Esta idea fue posteriormente expandida por personajes como el inglés Sir Walter Raleigh quien, a mediados del siglo XIX, declaraba: “quien manda en el mar, manda en el comercio, quien manda en el comercio dispone de las riquezas del mundo y domina en consecuencia al mundo entero”. Ambos pensamientos, aunque separados por miles de años, hacen referencia al poder que conlleva el control estratégico de áreas clave.

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El control de sectores críticos para la economía del futuro es una prioridad estratégica para muchos actores en el sistema internacional. Esto es especialmente importante cuando se habla del acceso a insumos críticos en la creación de manufactura sofisticada y de alta demanda: un sector competitivo y determinante para impulsar el crecimiento económico. Tal es el caso del cobalto, un mineral clave en el mercado de la transición energética y la tecnología móvil.

El cobalto es considerado un material esencial en la producción de baterías de ion de litio, utilizadas en automóviles eléctricos, dispositivos móviles, computadoras portátiles, etc. De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el mercado de minerales clave para la transición energética alcanzó los 320 millones de dólares (mdd) en 2022. Entre ellos, la demanda de cobalto creció en 70% entre 2017 y 2022. Sumado a esto y según tendencias comerciales, se proyecta que la demanda por tecnología que hace uso del cobalto seguirá creciendo globalmente.

Actualmente, la República Democrática del Congo (RDC) es el mayor productor de cobalto a nivel mundial, con una extracción registrada de 130,000 toneladas métricas del mineral en 2022, representando aproximadamente 70% del abasto global. Una vez extraído, el mineral es mayormente exportado a China, su socio comercial más importante y país que encabeza su refinación. Esta relación permite a China dominar la oferta de cobalto y, con ello, potencialmente el futuro de toda una industria.

Según información de Contratos por Diferencias (CFD), el cobalto ha mostrado una reducción considerable en su cotización mundial, bajando su precio en 35.68% desde el comienzo del 2023. Dicha reducción no está aislada y es parte de una tendencia a la baja desde su precio más alto en mayo de 2022.

De manera simple, la oferta de cobalto está superando la demanda mundial, incluso considerando el incremento identificado por la AIE. Sin embargo, ¿será esta una tendencia que continúe o meramente un efecto temporal, debido a la reducción en la demanda por tecnología móvil y los rezagos de la pandemia?

El control de recursos críticos por un solo actor es suficientemente preocupante, debido a las ramificaciones geopolíticas de ello se derivan. Añadido a esto, debemos considerar la posición de China como la economía más grande en búsqueda de un mundo multipolar y, con ello, su compleja relación con Estados Unidos.

Asimismo, la inestabilidad política persiste en ciertos Estados de África, incluyendo la RDC, la cual ha recibido graves acusaciones de trabajo forzado en sus minas de cobalto. Todo esto podría abonar a la inestabilidad en la oferta mundial de cobalto y su papel dentro de cadenas de suministro para toda una industria.

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Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado un ambicioso decreto que aspira a que un 50% de los vehículos nuevos vendidos para el año 2030 sean de cero emisiones. El plan definitivamente necesitaría de una oferta confiable y constante de cobalto y, con ello, una posible redefinición de cadenas de suministro actuales.

En un futuro próximo, difícilmente veremos una reducción significativa en el campo de la transición energética. Sin embargo, existen tendencias que podrían reducir el estatus del cobalto como mineral crítico y/o estratégico. Entre estas encontramos dos de importancia: el alza de Indonesia como productor del mineral y la búsqueda de alternativas al cobalto en el uso de baterías de ion de litio o, al menos, la reducción de éste en su producción.

Hasta ahora es difícil proyectar qué le depara el futuro pero algo cierto es que siempre habrá insumos críticos cuyo control da una ventaja estratégica a quien los domine. La pregunta entonces es, ¿qué ingrediente determinará la economía del futuro y, más importante, qué entidad buscará controlar su mercado?

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Nota del editor: Marco Antonio Pinal Bremer es Profesor en la escuela de Administración y Negocios y Coordinador de la Licenciatura en Negocios Internacionales en CETYS Universidad. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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