El estrés financiero es mucho más que sólo preocuparse por los números en un estado de cuenta bancario. Esta situación conlleva la constante preocupación y ansiedad relacionada con los asuntos financieros. Este estrés puede obedecer a la falta de ingresos para cubrir gastos básicos, la presión de las deudas acumuladas, la incertidumbre laboral o la incapacidad de ahorrar para el futuro.
En este contexto, es indispensable mencionar que la tensión constante que conlleva este fenómeno puede tener un impacto profundo en la salud física y mental de las personas. Cabe señalar que el estrés financiero no se limita a la esfera personal, también tiene implicaciones sociales significativas:
1) Problemas de salud mental. Las personas que experimentan estrés financiero a menudo tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, tales como la ansiedad y la depresión. Esto puede afectar su capacidad para funcionar en el trabajo y en sus relaciones personales.
2) Dificultades en las familias. Las tensiones financieras derivan en conflictos intrafamiliares. Las discusiones sobre el dinero suelen ser una de las principales causas de divorcio. Bien dicen que “cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”.
3) Menos oportunidades de educación. El estrés financiero puede limitar el acceso a la educación y las oportunidades de desarrollo, lo que perpetúa el ciclo de la desigualdad económica y profundiza las trampas de pobreza.
4) Impacto en la productividad laboral. Los empleados que lidian con el estrés financiero pueden ser menos productivos en el trabajo, lo que afecta a las empresas y en última instancia, a la economía en general.
Ante toda esta fenomenología, la #ConscienciaFinanciera es una herramienta que nos permite abordar este problema desde una perspectiva integral, toda vez que lo atiende desde la lógica de la salud, la educación y las finanzas. El manejo del estrés financiero, a través de una mejor educación financiera es esencial para mejorar la salud integral y con ello, desarrollar algunas estrategias específicas:
- Establecer un presupuesto. El primer paso para abordar el estrés financiero es comprender la situación económica. Establecer un presupuesto realista puede ayudar a tomar el control de las finanzas y reducir la ansiedad.
- Reducir las deudas. Si las deudas son una fuente principal de estrés financiero, considerar un plan para reducirlas. Esto puede incluir la consolidación de deudas o la renegociación de tasas de interés.
- Implementa un ahorro regular. Aunque pueda parecer difícil, incluso pequeñas cantidades de ahorro con disciplina, pueden marcar la diferencia. El ahorro proporciona un “colchón” para emergencias y reduce la ansiedad a largo plazo.
- Atender realmente el problema. No tener miedo de hablar sobre los problemas financieros. Compartir con amigos, familiares o un asesor financiero puede ayudar a aliviar la tensión y proporcionar perspectivas útiles.
- Jamás descartar la atención a la salud mental. Esto es esencial. Si es necesario, se debe buscar apoyo profesional.
- Pero sobre todo, aprender de educación financiera. Conocer y entender las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas y reducir el estrés financiero mejorará la salud integral de las personas y de la propia comunidad.