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Hacia un nuevo paradigma empresarial en México

En un mundo cada vez más consciente de los desafíos sociales y medioambientales, surge la necesidad de un nuevo paradigma empresarial, donde la dimensión social adquiera un papel protagónico.
jue 13 junio 2024 06:00 AM
Empresas mexicanas: de la rentabilidad a la regeneración
La responsabilidad social empresarial (RSE) implica integrar valores y prácticas responsables en la gestión diaria de la empresa, buscando un equilibrio entre el beneficio económico y el bienestar social, apunta Jorge Sánchez Tello.

En el panorama empresarial mexicano, la figura del empresario ha sido fundamental para el desarrollo económico y social del país. Su visión, iniciativa y trabajo duro han impulsado el crecimiento de sectores productivos, generado empleos y contribuido al bienestar de las comunidades.

Sin embargo, en un mundo cada vez más consciente de los desafíos sociales y medioambientales, surge la necesidad de un nuevo paradigma empresarial, donde la dimensión social adquiera un papel protagónico.

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Tradicionalmente, el éxito empresarial se ha medido principalmente por la rentabilidad y el crecimiento económico. Sin embargo, hoy en día, las empresas que buscan perdurar en el tiempo y generar un impacto positivo en la sociedad deben ir más allá.

La responsabilidad social empresarial (RSE) se convierte en un elemento clave para este nuevo paradigma. Implica integrar valores y prácticas responsables en la gestión diaria de la empresa, buscando un equilibrio entre el beneficio económico y el bienestar social.

La dimensión social de las empresas: integrando valor a la sociedad

La dimensión social de la RSE se enfoca en el impacto que la empresa tiene en las personas y comunidades con las que interactúa. Esto incluye:

  • Prácticas laborales justas y equitativas: garantizar condiciones de trabajo dignas, salarios justos, igualdad de oportunidades y respeto a los derechos laborales.
  • Desarrollo de las comunidades: apoyar iniciativas que promuevan el bienestar de las comunidades locales, como educación, salud, cultura y emprendimiento.
  • Promoción de la inclusión: fomentar la diversidad y la inclusión en el entorno laboral y en las operaciones de la empresa.

Inversión social: una apuesta rentable para el futuro

Contrario a lo que muchos piensan, la RSE no es un gasto adicional para las empresas, sino una inversión inteligente que genera beneficios a largo plazo. Entre los principales beneficios se encuentran:

- Mejora de la reputación e imagen de marca: las empresas socialmente responsables son percibidas como más confiables, éticas y comprometidas con el bienestar de la sociedad.

- Atracción y retención de talento: los mejores empleados buscan trabajar en empresas que compartan sus valores y que contribuyan a un futuro mejor.

- Fidelización de clientes: los consumidores están cada vez más dispuestos a comprar productos y servicios de empresas socialmente responsables.

- Reducción de riesgos: la implementación de prácticas sostenibles puede ayudar a reducir costos operativos y mitigar riesgos asociados al cambio climático y la escasez de recursos.

- Innovación y crecimiento: la RSE puede impulsar la innovación y la creación de nuevos productos y servicios que respondan a las necesidades sociales y ambientales.

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En México, el camino hacia un empresariado socialmente responsable está en marcha. Cada vez más empresas están integrando la RSE en su ADN, reconociendo su importancia para el desarrollo sostenible del país.

Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer. Es necesario fomentar una cultura empresarial donde la dimensión social sea un valor fundamental, no solo por obligación, sino por convicción.

Se requiere del compromiso conjunto de empresas, gobierno, academia y sociedad civil para crear un ecosistema que impulse el nuevo paradigma empresarial, donde la búsqueda del lucro se complemente con la búsqueda del bien común.

Las empresas mexicanas tienen un gran potencial para convertirse en líderes en responsabilidad social. Su capacidad de innovación, su arraigo en las comunidades y su compromiso con el desarrollo del país las convierten en actores clave para la construcción de un futuro más justo, próspero y sostenible.

El momento de actuar es ahora. Es hora de que las empresas mexicanas abracen el nuevo paradigma empresarial y hagan de la dimensión social un pilar fundamental de su éxito. Juntas pueden construir un futuro más brillante para México y para las próximas generaciones.

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Nota del editor: Jorge Sánchez Tello es Vicepresidente Técnico de Amafore. Síguelo en LinkedIn y en Twitter. Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad única del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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