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Fraudes vía WhatsApp. No des el código

Realizar una llamada telefónica y/o contactar a través de algún conocido/a puede ser el mejor factor de supervivencia para no dar dinero a los delincuentes.
mar 01 abril 2025 06:00 AM
Fraudes vía WhatsApp. No des el código
Antes de hacer alguna operación bancaria o en la cadena comercial en la que recibas depósitos, cerciórate que fue la persona que conoces quien realmente solicitó tu apoyo, recomienda Carlos Ramírez Castañeda.

He escrito y generado una cantidad considerable de contenido sobre el tema relacionado a “hackear” en sentido de suplantar, usurpar y/o apoderarse de una cuenta de WhatsApp de un usuario víctima; sin embargo, muchas personas siguen cayendo.

En semanas recientes he recibido una cantidad enorme de mensajes sobre personas que perdieron el acceso a su cuenta de WhatsApp y, literalmente, todos tienen el mismo modus operandi base:

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El usuario víctima recibe una llamada en la que los delincuentes se hacen pasar por paquetería, Amazon o Mercado Libre usualmente, sin embargo, en la mayoría de los casos no se especifica de qué paquetería es, simplemente comentan tener un paquete para entregar.

Al recibir la llamada, le comentan al usuario que para poder hacer la entrega de ese supuesto (falso) paquete, debe proporcionar un código en ese momento.

(Cabe resaltar que las llamadas se dan a ciertas horas donde se presupone que los usuarios víctima están laborando u ocupados, lo cual hace más efectivo el impacto de la llamada por prisa, preocupación, distracción con otros temas.)

El usuario víctima en ese momento recibe un código, el método más usado es SMS, y al no verificar de qué tipo de servicio se trata la recepción de ese código, o no leer a detalle, lo proporcionan.

Los delincuentes proceden a colocar el código con una instalación abierta de WhatsApp y así es como obtienen la cuenta de alguien.

Como pueden leer, es muy simple, el detalle está en generar esa expectativa para que la víctima caiga en el error de dar el código sin chistar.

Posteriormente, las acciones de parte de los delincuentes son: retomar el contacto con las personas que les vayan escribiendo, en algunos casos ellos toman la iniciativa de contacto a través de los grupos en donde la víctima tenía participación y los contactos son usuales, como pedir dinero argumentando una emergencia.

Muchas de las personas seguramente caerán, sin verificar previamente quién está detrás de esa cuenta ahora, para evitar transferir, depositar, la idea base es recurrir al sentido común y de verificación para contactar por otros medios a la persona, en este caso a la víctima o titular real de la cuenta.

Realizar una llamada telefónica y/o contactar a través de algún conocido/a puede ser el mejor factor de supervivencia para no dar dinero a los delincuentes.

México enfrenta un problema enorme de cifras sobre delitos que seguramente no se darán a conocer, sumado a la carente cultura de denuncia, y muchas personas siguen creyendo que, al tratarse de medios digitales, algo intangible, no tendrán alguna afectación en el mundo material, una situación que debemos cambiar.

Antes de hacer alguna operación bancaria o en la cadena comercial en la que recibas depósitos, cerciórate que fue la persona que conoces quien realmente solicitó tu apoyo.

Los montos que piden los delincuentes suelen ser bajos, de entre 1,000 y 5,000 pesos; con que un par de personas caigan en el engaño, sacan sus gastos semanales. Muchas personas se preguntarán cómo es posible que las autoridades no den con este tipo de delincuentes si se tiene un número bancario identificado. La respuesta es simple, los delincuentes suelen usar (en mayoría) tarjetas/cuentas de débito que no requieren un parámetro de verificación mayor, tarjetas que consiguen con 50 pesos, una identificación cualquiera y un número de teléfono funcional.

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Tenemos un problema enorme: la carencia de concientización y de personas lectoras, estos factores suman a las afectaciones que se están generando en estos últimos tiempos.

Invito a los lectores a generar conciencia y compartir esta columna, quizá pueda ser la diferencia entre ser víctima y salvarse de estas nuevas modalidades delictivas.

Y si tienes algún tipo de duda, contáctame a través de mis redes sociales @Ciberagente.

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Nota del editor: Carlos Ramírez Castañeda es especialista y apasionado por el Derecho Informático, particularmente en ramas de Ciberseguridad, Cibercriminalidad y Ciberterrorismo. Tiene un Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Santiago de Compostela España, Doctor en Administración y Políticas Públicas de México. Es colaborador de diversas instituciones académicas y gubernamentales, profesional siempre interesado en temas de ciberprevención particularmente con sectores vulnerables. Síguelo en Twitter como @Ciberagente . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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