La propia McNulty vivió en carne propia el calvario que puede ser adquirir una propiedad en Latinoamérica.
Luego de vivir toda su vida en Estados Unidos, donde trabajó en empresas de bienes raíces y en fondos de inversión enfocados a ese sector, se mudó a Bogotá y la búsqueda de una casa le generó uno de sus primeros shocks.
“No pude comprar un departamento hasta estar físicamente ahí, en Bogotá (…) me tuve que mudar con mi suegra porque el proceso era muy complicado”, relata. “Las ineficacias del mercado eran chocantes y cada parte del proceso estaba rota”.
McNulty y Noguera decidieron entonces lanzar Tuhabi, con el objetivo, en parte, de que ningún consumidor latinoamericano atraviese por la experiencia de ella. Hasta ahora, la recepción ha sido positiva.
Tuhabi y sus filiales han realizado ya más de 18 mil transacciones de compra y venta de vivienda en Colombia y México, en donde realizaron su primera operación en octubre del año pasado y ya tiene presencia en nueve ciudades.
La empresa vende casi el 100% de sus viviendas a través de una red de más de 900 agentes para los que desarrolló una herramienta digital para agendar y seguir citas con los clientes.
Su expansión en el país ha sido veloz, sus operaciones en la Ciudad de México han crecido ocho veces más rápido que sus mercados anteriores, y en Guadalajara el ritmo es incluso mayor.
De hecho, pese haber nacido en Colombia, México ya es su principal mercado y donde han enfocado gran parte de su energía para terminar de dominar el sector, así como la relación con las notarías y otros jugadores inmobiliarios.
Y pese a que existen diferencias importantes entre ambos mercados, McNulty encuentra una similitud clave que les permite crecer en ambos países: “Los problemas son los mismos”, dice. “Falta de transparencia, datos, liquidez y baja confianza”.
“Nuestra gran apuesta está en México”, insiste Noguera, quien detalla que el grueso de sus operaciones en el país han sido propiedades en valores cercanos a 1.5 millones de pesos, aunque han realizado algunas con viviendas que ascienden a los 4 millones.
Este nuevo unicornio latinoamericano, añade McNulty, tiene su fortaleza en el hecho de que brindan un servicio relevante para personas que antes no tenían una opción de compraventa segura de su propiedad. El mercado es, por decirlo de otro modo, su misión.