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Así ven Gael García y Diego Luna el futuro del cine mexicano

Los actores fundaron recientemente su productora La Corriente del Golfo para impulsar proyectos personales y ampliar la diversidad de las películas mexicanas.
vie 01 noviembre 2019 05:16 AM
Gael García y Diego Luna
Los actores Gael García y Diego Luna han creado una productora juntos.

Son los dos rostros mexicanos más internacionales, y aunque hace más de una década que no comparten la pantalla, nunca han dejado de colaborar juntos (ni de ser amigos). En 2018, Diego Luna y Gael García Bernal decidieron dar un nuevo paso en esta relación, y lanzaron La Corriente del Golfo, su nueva casa productora , desde la que realizarán películas, series y obras de teatro. Los primeros frutos ya han visto la luz: 'Chicuarotes', el segundo largometraje dirigido por García Bernal; y la serie 'Aquí en la Tierra', estrenada por Fox.

Con su nueva "casa", como ambos coinciden en llamarla, los actores —y directores, y productores—, pretenden ampliar la "diversidad de voces" del cine mexicano y consolidar una industria nacional que sigue siendo frágil y necesita de ayudas y apoyos —unas ayudas y apoyos que el gobierno ha recortado— para subsistir frente a Hollywood.

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¿Cuál es el futuro el cine mexicano? Así lo ven Diego Luna y Gael García Bernal, en esta entrevista para el especial 'Visiones de Futuro', en el que Expansión analiza el porvenir de los negocios, con motivo de nuestro 50 aniversario.

¿Por qué decidieron fundar La Corriente del Golfo?

Diego Luna: Para mí, es como traer un poco de sentido de arraigo a mi vida, sentir que hay un lugar al que perteneces, una casa a la que siempre puedes volver, donde además compartes un sueño con una familia. Básicamente, es poder participar en los proyectos en los que trabajamos desde un inicio, poder involucrarme en todos los procesos y poder acompañar los procesos de otros.

Creo que también viene de una necesidad que eventualmente nos llega a los actores. Como actor, vas brincando de un proyecto a otro, eres siempre una herramienta para otros, pero siempre terminas llegando al barco después que todos, y abandonándolo antes. Entonces, de repente, poder tener una compañía donde te involucras profundamente, donde acompañas los proyectos de principio a fin, se vuelve casi indispensable. Hoy me cuesta mucho trabajo imaginar proyectos en los que no me involucre profundamente.

También pasa algo muy lindo, y es que la oportunidad y la libertad que yo siento en México no la siento en ningún otro lado.

Gael García: La situación del cine mexicano obviamente va en acorde a lo que sucede en el resto del mundo, en el sentido de que el cine ya ha encontrado otros mecanismos, otras formas de verse, y somos un público que ya tenemos acceso a las cinematografías de todo el mundo, en realidad, por las plataformas de streaming y demás. Pero México es de los lugares de mayor asistencia al cine, creo que es la cuarta taquilla mundial.

En este contexto, La Corriente del Golfo nace de lo que veníamos haciendo Diego y yo en el pasado, que era tener nuestra productora, nuestro festival de documentales (Ambulante), pero con un esfuerzo más maduro, más enfocado, más en acorde a las necesidades actuales, y más ambicioso. Nos juntamos para, de alguna manera, reinventarnos, resetearnos y armar un hogar donde converge toda la energía que está a nuestro alrededor y donde podamos materializarla en películas, series, en los proyectos que sean.

También buscamos hacerlo de forma sostenible, eso que parece que estamos casi a punto de lograrlo constantemente, pero que aún es una situación complicada. El cine mexicano todavía necesita de los subsidios que el Estado otorga, o que nosotros otorgamos con nuestros impuestos, más bien, necesitamos esa ayuda, para que se garantice la producción de determinadas películas, en una industria donde hay cerca de 35,000 empleos directos en torno al cine en México, al año. Como que siempre estamos a la espera de que eso funcione y que de esa forma podamos seguir haciendo locuras e incluso ambicionar películas más grandes, más expansivas, que uno pueda acceder a eso presupuestos que te dan oportunidad de poder hacer películas de época o cosas así, pero sin perder el ángulo y el filo experimental y desfachatado que de alguna manera ha caracterizado al cine mexicano.

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¿Cómo ven el futuro del cine mexicano? Comercialmente, hoy está dominado sobre todo por las comedias. ¿En unos años habrá más variedad de géneros y de voces?

Gael García: Estamos muy acotados por cuestiones de presupuesto, pero creo que sí sería importantísimo poder hacer otros proyectos, de época o futuristas, o de horror o o ciencia ficción, y ahí hay algo muy interesante que puede salir. Si te dicen: "Ahorita hay una película de ciencia ficción, pero no sólo eso, hay una película de ciencia ficción mexicana", tú dirías: "¡Ojo, qué onda! ¿Qué es eso?" Como que te llamaría mucho la atención.
Pero para lograrlo, por un lado, la parte económica se tiene que solventar. México tiene que ser capaz de sostener este tipo de películas con su propia taquilla, pues es la única garantía que podemos tener, y que el mundo de alguna manera también acceda más a este tipo de cine. Yo creo que hay que ir empezando por nuestros países, por Latinoamérica. No podemos, seguir haciendo nuestras películas si no las vamos a compartir entre los que hablamos el mismo idioma.

Diego Luna: Viene un momento muy importante en México, donde políticamente están pasando cosas, y eso siempre es muy interesante para los que contamos historias. Generalmente, cada vez que viene un cambio, cada que pasan eventos sociales que te dejan marcado, hay una necesidad de salir a contar, de reflexionar. Entonces, es un momento muy interesante en términos de la cantidad de voces y la diversidad de voces que hay en el cine mexicano. Pero hay grandes retos: el primero es encontrar públicos y abrirse espacio en un mercado en el que esto parece casi imposible. Digamos que hoy la popularidad de un tipo de cine en México ha crecido muchísimo, pero no necesariamente ha crecido el acceso del público a la diversidad del cine mexicano. Es una realidad, sigue siendo muy de nicho y hay que lograr sacarlo de ese nicho. En ese sentido, las distintas plataformas que están surgiendo se vuelven una buena herramienta para democratizar el acceso a esa diversidad cinematográfica que hoy nos define.

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En ese sentido, ¿cómo ven la expansión de las plataformas de streaming, como Netflix?

Diego Luna: Creo que lo que está pasando es buena noticia. Siempre existiremos los tercos que preferimos ir a ver las películas al cine, pero en términos del desarrollo de voces, no solo el cine, sino lo que se está haciendo hoy en televisión, ha sido muy bueno. Hoy hay muchísimas voces que están explorando en la televisión lo que el cine no los deja explorar, les está dejando tomar los riesgos que el cine hoy no les deja tomar, y por ese lado vienen buenas cosas.

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¿Qué retos afronta la industria del país para sobrevivir?

Diego Luna: El gran problema hoy del cine mexicano está en las reglas del juego. El cine mexicano todavía no tiene las herramientas para convertirse en un negocio y vivir de ese negocio. Es muy difícil competir con la cantidad de películas que vienen del extranjero, y competir con los aparatos de promoción que tienen detrás. Y creo que entonces lo que hemos hecho es confiarnos y dedicarnos a proteger el proceso creativo y de ejecución, para el que hay muchos, pero siento que eso nos ha alejado y alienado un poco del público, y eso es muy peligroso. Tenemos que trabajar, desde una legislación en este país, para proteger y fortalecer profundamente a la industria cinematográfica, que es una industria indispensable para reflejarnos, para saber quiénes somos, y creo que hace falta recomponer el negocio.

Gael García: La discusión debe ir más a fondo en torno a la política, digamos, cultural. La visión que hay en torno a la política cultural, desgraciadamente parece que está completamente caótica y, si es que la hay, no está bien encaminada, no se entiende, como que se apela a un lugar común muy poco interesante.
Y ahí es donde estamos en lío grave, porque ves que es algo que no les parece importante, y si les parece importante, no le dan la importancia que le deberían. Y se podría argumentar que la cultura, que abarca desde lo que desayunamos a la música dodecafónica de la Sala Nezahualcóyotl, es lo que ha hecho que no nos lleve el carajo en México, un país en donde estamos siempre a un paso de la ruptura social.

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