¿Cuál es el futuro el cine mexicano? Así lo ven Diego Luna y Gael García Bernal, en esta entrevista para el especial 'Visiones de Futuro', en el que Expansión analiza el porvenir de los negocios, con motivo de nuestro 50 aniversario.
¿Por qué decidieron fundar La Corriente del Golfo?
Diego Luna: Para mí, es como traer un poco de sentido de arraigo a mi vida, sentir que hay un lugar al que perteneces, una casa a la que siempre puedes volver, donde además compartes un sueño con una familia. Básicamente, es poder participar en los proyectos en los que trabajamos desde un inicio, poder involucrarme en todos los procesos y poder acompañar los procesos de otros.
Creo que también viene de una necesidad que eventualmente nos llega a los actores. Como actor, vas brincando de un proyecto a otro, eres siempre una herramienta para otros, pero siempre terminas llegando al barco después que todos, y abandonándolo antes. Entonces, de repente, poder tener una compañía donde te involucras profundamente, donde acompañas los proyectos de principio a fin, se vuelve casi indispensable. Hoy me cuesta mucho trabajo imaginar proyectos en los que no me involucre profundamente.
También pasa algo muy lindo, y es que la oportunidad y la libertad que yo siento en México no la siento en ningún otro lado.
Gael García: La situación del cine mexicano obviamente va en acorde a lo que sucede en el resto del mundo, en el sentido de que el cine ya ha encontrado otros mecanismos, otras formas de verse, y somos un público que ya tenemos acceso a las cinematografías de todo el mundo, en realidad, por las plataformas de streaming y demás. Pero México es de los lugares de mayor asistencia al cine, creo que es la cuarta taquilla mundial.
En este contexto, La Corriente del Golfo nace de lo que veníamos haciendo Diego y yo en el pasado, que era tener nuestra productora, nuestro festival de documentales (Ambulante), pero con un esfuerzo más maduro, más enfocado, más en acorde a las necesidades actuales, y más ambicioso. Nos juntamos para, de alguna manera, reinventarnos, resetearnos y armar un hogar donde converge toda la energía que está a nuestro alrededor y donde podamos materializarla en películas, series, en los proyectos que sean.
También buscamos hacerlo de forma sostenible, eso que parece que estamos casi a punto de lograrlo constantemente, pero que aún es una situación complicada. El cine mexicano todavía necesita de los subsidios que el Estado otorga, o que nosotros otorgamos con nuestros impuestos, más bien, necesitamos esa ayuda, para que se garantice la producción de determinadas películas, en una industria donde hay cerca de 35,000 empleos directos en torno al cine en México, al año. Como que siempre estamos a la espera de que eso funcione y que de esa forma podamos seguir haciendo locuras e incluso ambicionar películas más grandes, más expansivas, que uno pueda acceder a eso presupuestos que te dan oportunidad de poder hacer películas de época o cosas así, pero sin perder el ángulo y el filo experimental y desfachatado que de alguna manera ha caracterizado al cine mexicano.
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