La parte laboral
Los agregados laborales, que tendrá que aprobar el gobierno mexicano, no tendrán facultades para interferir o supervisar las leyes laborales en México, solo serán parte del equipo de una embajada, Estados Unidos o Canadá.
“Por ley no pueden interferir, sino que son facilitadores de información, más que nada, hacía sus países”, explicó Moisés Kalach.
“(Los inspectores laborales) no están en ninguna de las disposiciones del tratado”, subrayó Salinas. “Fue una propuesta del Congreso americano al gobierno americano”, complementó Kalach.
Otro punto importante en el ámbito laboral es que el T-MEC traerá responsabilidades tanto para México como para Estados Unidos y Canadá.
“Es parte importante de la estrategia de defensa de los intereses mexicanos de este lado y del otro lado de la frontera”, apuntó Kalach. “Hay dos acuerdos recíprocos: México-Estados Unidos y México-Canadá para una protección recíproca y que allá también pueda darse protección a los trabajadores”, añadió Eugenio Salinas.
China, un competidor directo
Sin despreciar la inversión y el turismo chinos, para el sector privado China es un competidor directo de México.
“El sector privado no quiere ni pretende que se profundicen las relaciones comerciales a través de un tratado, ni de ninguna otra forma con China porque lo vemos como un competidor. Esa es la posición del sector privado en todos los sectores productivos”, sentenció Moisés Kalach.
“Es muy importante la inversión china, los turistas chinos y la relación que se pudiera tener, pero con una limitante. De ahí a pasar a un tema de libre comercio más profundo, el sector privado no está preparado para eso”, agregó.
México tiene que esperar a que EU y China lleguen a un acuerdo comercial y, con base en eso, fijar una estrategia para con el gigante asiático.
“Antes que avanzar, podemos actuar y platicar con China, segundo socio comercial de México, para poner condiciones donde estemos de acuerdo de que hay prácticas leales y legales de comercio”, añadió el coordinador de Cuarto de Junto.
En este panorama México, además de la ratificación del T-MEC que “quita un pedazo de la incertidumbre, tiene que hacer un mejor trabajo para atraer las inversiones”, sostuvo Kalach.
Además del nulo crecimiento económico de 2019, México ocupó el lugar 48 de 140 países en el ranking de competitividad que elabora el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), perdiendo dos lugares.
“Tenemos que volvernos un campeón de la inversión y no lo estamos haciendo”, agregó Moisés retomando las palabras de Carlos Salazar, director del CCE.