WeWork solo tiene suficiente efectivo para durar tal vez hasta la próxima primavera. Está perdiendo millones de dólares al día. Puede quedar excluido de los mercados de acciones y bonos públicos para recaudar dinero nuevo.
Esa es la sombría situación que enfrenta la empresa de espacios laborales compartidos días después de una agitación corporativa que destrozó sus planes, alguna vez deslumbrantes. Adam Neumann, quien fundó la compañía hace nueve años con la promesa de cambiar el mundo, fue destituido como director ejecutivo. La oferta pública inicial de WeWork, que buscaba recaudar el tan necesario financiamiento, se suspendió, al menos hasta el próximo año. Eso, a su vez, desarmó un paquete de financiación de 6,000 millones de dólares (mdd).