Estos movimientos permitieron que el perfil de vencimiento de deuda de 2019 en pesos se redujera en 15.5%; mientras que la emitida en dólares cayó 80% al pasar de 7,160 mdd a 1,430 mdd, aunque los periodos para estos montos no son comparables porque las cifras del segundo trimestre comprenden el periodo de julio a diciembre de 2019, mientras las del tercer trimestre van sólo de octubre a diciembre de este año.
Pemex asegura que con estas operaciones se verá una mejora en los perfiles de pago entre 2020 y 2024, donde las operaciones permitieron que los vencimientos implicaran montos iniciales de entre 9,400 y 8,300 mdd y que pasaron a un promedio de 6,000 mdd, lo que deja ver mejor este impacto favorable a sus finanzas en el corto plazo.
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Pero esta reconfiguración de la deuda no se vio reflejada en una mejora en los pasivos totales de Pemex. Si bien el pasivo financiero tanto de corto y largo plazo registró caídas cercanas al 6%, respecto al cierre de 2018, para sumar 99,627 mdd para el cierre del tercer trimestre, a esto se debe agregar el “arrendamiento financiero” un nuevo concepto que Pemex va a reportar en sus resultados, y que equivale a poco más de 5,000 mdd.
Si se incluye este monto, que antes se contabilizaba dentro de los pasivos financieros de corto y largo plazo, los pasivos financieros de Pemex se elevan a 104,816 mdd, o cerca de 2.05 billones de pesos. Este monto en pesos implica una reducción de 1.2% en los pasivos financieros totales respecto al cierre de 2018.