Starbucks tardó una semana después del primer caso estadounidense de Covid-19 sin conexión con el extranjero para prohibir temporalmente a sus clientes traer tazas de café reutilizables. Judith Enck, exadministradora regional de la Agencia de Protección Ambiental, estaba decepcionada. La salud pública es lo primero, por supuesto, pero como fundadora del proyecto Beyond Plastics, Enck tenía sus dudas de que regresar a los vasos desechables fuera más seguro. El dinero, por ejemplo, es un notorio portador de gérmenes. “¿Starbucks ahora dejará de aceptar efectivo?”, pregunta.
El coronavirus "revive" a la industria mundial del plástico
Son tiempos difíciles para los activistas que buscan desconectar al mundo de los plásticos. Hasta que el nuevo coronavirus comenzó a extenderse por todo el mundo, 2020 parecía ser el año en el que finalmente se impondrían restricciones significativas al uso del plástico.
Una lista creciente de empresas de consumo, incluida Coca-Cola, que produce alrededor de 117,000 millones de botellas de plástico cada año, estableció objetivos para reducir su dependencia de los envases de plástico. Francia prohibió los platos, los vasos y los cubiertos de plástico de un solo uso a partir del 1 de enero, e Inglaterra promulgará restricciones a los popotes y los mezcladores de plástico a partir de abril. El 1 de marzo, Nueva York se unió a varias otras ciudades del mundo en prohibir la distribución de bolsas de plástico en las tiendas minoristas.
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El virus está directamente relacionado con las fortalezas de la industria: la posibilidad de desechar y la higiene. Un nuevo informe publicado por Bloomberg la semana pasada encontró que, al menos a corto plazo, los temores de los oponentes de los plásticos podrían ser válidos.
”Las preocupaciones en torno a la higiene de los alimentos debido a la Covid-19 podrían aumentar la intensidad de los envases de plástico, lo que retrocedería algunos de los primeros avances realizados por las empresas”, señala el informe. Los investigadores encontraron los mayores picos en la demanda de máscaras faciales y la película delgada utilizada en las envolturas de plástico.
Grupos de presión de plásticos como la Asociación de la Industria del Plástico y el Consejo Americano de Química (ACC) han defendido sus productos durante mucho tiempo, señalando que el plástico ha desempeñado un papel revolucionario en la atención médica. Los guantes quirúrgicos de un solo uso, las jeringas, las plumas de insulina, los tubos intravenosos y los catéteres, por ejemplo, han reducido el riesgo de infección en los pacientes y han ayudado a racionalizar las operaciones al levantar la carga de la esterilización.
A medida que el gusto del consumidor comenzó a cambiar en contra de la industria de los plásticos de 40,000 millones de dólares, los fabricantes agregaron un argumento adicional a su arsenal: que sus productos son realmente una bendición para la sostenibilidad en general, a pesar de ser a base de petróleo, no biodegradables y difíciles de reciclar. Los envases de plástico desempeñan un papel en la reducción del desperdicio de alimentos, ya que extienden la vida útil de los productos frescos de días a más de una semana. Las piezas de plástico en los automóviles también reducen el peso y mejoran la eficiencia del combustible.
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La mayoría de estas afirmaciones se basan en unos cuantos estudios, el más significativo de los cuales fue realizado para la ACC por Franklin Associates en 2018. Analizó el ciclo de vida de productos como botellas de agua, envolturas y bolsas de compras minoristas y concluyó que si estuvieran hechos de materiales alternativos, como vidrio, aluminio o textiles, requerirían cinco veces la cantidad de energía para fabricarse y se usaría más agua en el proceso. Cuando Jack Williams, vicepresidente senior de Exxon, dijo a un grupo de inversores el 5 de marzo que “desde el punto de vista de la sostenibilidad, los envases de plástico superan a las alternativas”, se refería a ese estudio.
Los cruzados antiplásticos como Steve Feit, abogado del equipo para el clima y la energía del Centro de Derecho Internacional, dicen que el análisis del ciclo de vida está lleno de falencias.
“Asume que simplemente vamos a hacer exactamente los mismos productos en los materiales alternativos” en lugar de rediseñar para adaptarnos al nuevo medio, “lo cual es una locura”, dice Feit. “Además, no tiene en cuenta el efecto del plástico después de que el producto es depositado en vertederos”. Si bien el Gran Parche de Basura del Pacífico ha captado la mayor parte de la atención, un estudio de 2018 descubrió que los microplásticos también se filtran de los vertederos y las alcantarillas y contaminan el suelo y las fuentes de agua.
Pero si bien la racionalización de la sostenibilidad se ha encontrado con escepticismo, la justificación de la salud es más difícil de combatir. El plástico por sí solo no es una solución mágica: un estudio publicado en Journal of Hospital Infection concluyó que el virus detrás de Covid-19 puede sobrevivir durante nueve días en superficies plásticas a temperatura ambiente. Sin embargo, para muchos, los productos que se pueden tirar después de un uso parecen ser las opciones más seguras.
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Después de que Starbucks dejara de aceptar las tazas recargables, Dunkin’ y Tim Horton anunciaron políticas similares. A pesar de una advertencia del Cirujano General de Estados Unidos de que no son particularmente efectivas, las máscaras faciales –incluido un elegante modelo de filtración de aire usado por el ícono de estilo de vida Gwyneth Paltrow– se han vendido en todo el mundo. Muchas farmacias también informan escasez de guantes de látex.
A las preocupaciones del movimiento antiplástico se suma el inicio de una guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia que ha desencadenado una venta masiva histórica en los mercados. Los precios bajos del petróleo significan que se podría fabricar mucho plástico aún más barato a largo plazo.
Si bien BNEF cree que es demasiado pronto para saber con certeza si la Covid-19 está afectando la demanda de plástico en general, sí predice que cualquier cambio probablemente sería temporal, y que como resultado, los ingresos de la industria serían estables o incluso mayores en medio de una fuerte recesión económica. “A largo plazo, no esperamos que este aumento de la demanda tenga un impacto significativo en la demanda de plástico o en los objetivos de la economía circular”, señala el informe, que se refiere a un futuro en el que todos los artículos se reutilizan o reciclan.
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Sin embargo, la industria del plástico está aprovechando el momento. A finales de febrero, el jefe de la Asociación de la Industria del Plástico, Tony Radoszewski, emitió un comunicado: “A medida que se confirman nuevos casos de coronavirus en todo el mundo y la enfermedad representa una amenaza creciente para la salud pública”, dijo, la industria del plástico está trabajando para garantizar que “los pacientes reciban la atención que necesitan y los profesionales médicos estén protegidos mientras brindan esa atención”.
El comunicado concluye: “La industria mundial del plástico está lista para ayudar a autoridades y defensores de la salud pública a asegurarse de que nuestros materiales y productos estén en la primera línea de la lucha contra la propagación del coronavirus”.