Sin embargo, los republicanos están presionando a Trump para que emprenda acciones militares firmes.
"Yo exhortaría a tomar medidas firmes para impedir esta conducta antes de que provoque un conflicto más grande", dijo Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur y uno de los mejores amigos de Trump en el Capitolio.
"No hacer algo tiene sus propias consecuencias. Si no haces algo, los iraníes nos verán débiles", dijo Graham, quien pidió ataques contra navíos de la Marina iraní en el estrecho de Ormuz.
Marco Rubio, senador por Florida, tuiteó que aunque la administración no quiere la guerra con Irán, "también ha dejado en claro que reaccionará con fuerza a un ataque".
En Washington reinaban las especulaciones el jueves alrededor del secretario de Estado, Mike Pompeo, y el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, a quienes se considera promotores de las políticas duras contra Irán.
Los críticos consideran que estos hombres, que reemplazaron a funcionarios que se opusieron a que Trump se retirara del tratado nuclear con Irán, crearon la crisis con los consejos que le dieron a Trump.
Sin embargo, Brian Hook, enviado especial de Estados Unidos a Irán, insistió esta semana que pese a las provocaciones de Irán, la política de la administración estaba funcionando y había debilitado a Irán.