"La incertidumbre es estresante", dijo Drew Gabrielson, un hombre de 43 años que sostenía a su tembloroso chihuahua, Rodney, en los brazos.
"He pasado por varios huracanes", contó, mientras miraba el agitado oleaje en la playa. "¡Pero es una tormenta tan lenta! Ya quiero que esta cosa termine de pasar".
Incluso en las redes sociales comenzaron a circular memes que tomaban el pelo a la tormenta por su lentitud. En una de estas imágenes, se veía la trayectoria de Dorian llegando al sur de Florida en Halloween, avanzando al norte de ese estado el día de Acción de Gracias, en noviembre, y finalmente arribando al vecino estado de Georgia en Navidad.
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Las bandas exteriores del huracán se hacían sentir de vez en cuando, con ráfagas de 60 a 80 km por hora, y más fuertes en las islas barrera que bordean la costa del estado.
Las lluvias eran intermitentes, el cielo sombrío y la agitación del mar vaticinaba la cercanía de una poderosa —aunque impuntual— tormenta.
En la mira
Dorian se movería hacia Florida al final del día, antes de traer sus poderosos vientos y olas peligrosas a lo largo de las costas de Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte a última hora del jueves.
Los meteorólogos han dicho a los habitantes de Florida que no sean complacientes respecto de la tormenta.
Dorian podría acarrear subidas del mar en las zonas costeras y algunas partes del norte de Florida y Georgia podrían verse afectadas con marejadas de hasta 2,1 metros, dijo el director del CNH, Ken Graham, quien instó a los residentes obedecer las órdenes de evacuación.
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"Se que es una evacuación obligatoria, pero todos con los que hablé se están quedando y no sé qué hacer. Voy a estar lista y tener cosas empacadas en caso de que necesite irme a la carretera si se cierran los puentes", dijo Linda Cassano, en Jacksonville Beach.
Con información de Reuters y AFP