"El primer supuesto 'denunciante' que tenía información de segunda mano malinterpretó casi por completo mi conversación telefónica; ahora se dice que van a ir a juicio y que vendrá otro 'denunciante' del Estado Profundo, también con información de segunda mano", escribió Trump la noche del sábado, 5 de octubre.
Luego de que se dieran a conocer los detalles del surgimiento de un segundo informante en los noticieros del domingo, 6 de octubre, Stephanie Grisham, vocera de la Casa Blanca, insistió en que nada ha cambiado.
"No importa cuánta gente decida llamarse denunciante respecto a la misma llamada telefónica —una llamada que el presidente ya hizo del conocimiento del público—, no cambia el hecho de que no ha hecho nada malo", dijo Grisham el domingo por la tarde.
El domingo, 90 ex funcionarios de seguridad nacional que sirvieron tanto a gobiernos demócratas como republicanos firmaron una carta abierta en la que aplauden que el denunciante haya seguido los canales judiciales adecuados y exhortaron al gobierno y a la prensa a proteger la identidad del denunciante, según reportes del Wall Street Journal.
Por lo tanto, la defensa de la Casa Blanca depende de que convenza a los electores de que la transcripción de la llamada telefónica de Trump con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no muestra lo que de hecho está claro: que le pidió a Ucrania un "favor" inmediatamente después de hablar de un futuro paquete de ayuda militar.
En mensajes de texto de funcionarios estadounidenses clave, que se dieron a conocer la noche del jueves, 3 de octubre, parece que se reitera que hubo un intercambio que indica que Trump consideraba que las concesiones a Ucrania dependían de que se investigara a Biden y de las teorías conspiratorias de que fue ahí y no en Rusia en donde se originó la interferencia en las elecciones de 2016 en Estados Unidos.