Las divisiones se agudizan
Cuando el ex primer ministro David Cameron convocó al referéndum, en 2016, estaba cumpliendo una promesa que hizo antes de las elecciones generales de 2015. Su compromiso de llevar a cabo una votación sobre la pertenencia a la Unión Europea le sirvió para amarrar una mayoría franca para su segundo mandato luego de presidir un gobierno de coalición con los demócratas liberales.
El Partido Conservador de Cameron ha estado dividido en su enfoque ante la Unión Europea desde hace décadas y uno de los motivos clave para celebrar esa votación era unir al partido. En términos sencillos, Cameron esperaba ganar el referéndum y dejar ese tema por la paz. Pero eso salió espectacularmente mal.
Cameron y su sucesora, Theresa May, perdieron su empleo por el brexit. El Partido Conservador ha estado aún más dividido desde la votación y los partidarios del brexit están enfrentados con los que quieren quedarse en la Unión Europea.
La mayoría parlamentaria que Cameron logró en 2015 ha desaparecido. May perdió la mayoría absoluta en las elecciones anticipadas de 2017, mismas a las que convocó con la esperanza de consolidar una mayoría más nutrida. Esa mayoría se redujo aún más con el actual primer ministro Johnson, ya que más parlamentarios renunciaron o los despidieron por su proceder en el brexit.
En un intento por romper el estancamiento político, Reino Unido ahora se dirige a las terceras elecciones generales en cuatro años, mismas que se llevarán a cabo en diciembre. Mientras esté claro, el resultado de esta votación por fin podría dar claridad al futuro del brexit. Pero una cosa es segura: no todos estarán contentos.