El Congreso estadounidense también aprobó, la semana pasada, el reconocimiento del genocidio armenio, medida diseñada para provocar desagrado en Turquía.
Un grupo de legisladores de ambos partidos le escribió esta semana a Trump para pedirle que cancele la visita de Erdogan a la Casa Blanca aunque no hay indicios de que pretenda hacerlo. Además, la tercera diputada republicana más prominente, Liz Cheney, le pidió al Departamento de Estado que les niegue la entrada a los guardaespaldas de Erdogan que participaron en los ataques contra los manifestantes afuera de la residencia del embajador de Turquía en 2017.
La Casa Blanca señaló antes de la visita que Trump quería seguir con las labores diplomáticas pese a las cuestiones que han irritado a ambos países.
Un alto funcionario de la administración le dijo a la prensa que "el presidente está comprometido al contacto directo y a la diplomacia en donde son más críticos: con el mismo Erdogan. Es esencial tener un contacto total y franco para abordar los desafíos de esta relación".
"Esta es una alianza que tiene casi 70 años. Ha ayudado a nuestros países a pasar momentos muy sombríos", agregó el funcionario. "No vamos a desecharla así nada más si hay una forma de avanzar. Esta administración cree en el compromiso. Vamos a comprometernos".
Betsy Klein, Sarah Westwood, Phil Mattingly, Ryan Browne y Jennifer Hansler, de CNN, contribuyeron con este reportaje.