Los dos partidos políticos principales de Reino Unido quieren incrementar el gasto público luego de una década de la austeridad dolorosa de las administraciones conservadoras. Sin embargo, el líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, se comprometió a expandir radicalmente la intervención del Estado y a aumentar el gasto público a niveles no vistos en una generación si los electores le conceden la primera magistratura.
La lista de deseos de los laboristas incluye la nacionalización de los principales servicios públicos, una semana laboral de 32 horas, el otorgamiento del 10% de las acciones de las grandes empresas a sus trabajadores, el aumento del poder de los sindicatos, el congelamiento de la edad de retiro en 66 años y la construcción de vivienda popular a gran escala. El partido se comprometió a financiar el aumento del gasto con incrementos considerables a los impuestos a las empresas y al 5% más rico de Reino Unido. Los créditos para financiar las inversiones llegarían a los 55 millones de libras esterlinas (alrededor de 1,400 millones de pesos) al año para el ejercicio fiscal 2023.
Este cambio se llevaría a cabo a un ritmo vertiginoso. Los laboristas señalaron el lunes, 9 de diciembre, que comenzarían el proceso de nacionalización de las empresas de agua y electricidad en los primeros cien días de gobierno.