Turquía, valedora de la oposición armada a Damasco, solo habla con Rusia, principal aliado del gobierno sirio, ya que no hay relaciones entre los dos países vecinos.
Ankara y Moscú habían pactado en 2018 una zona desmilitarizada en torno a Idlib para evitar una ofensiva gubernamental sobre el último bastión rebelde del país, pero ese acuerdo es ahora papel mojado y el Ejército sirio se ha hecho con el control de cerca de la mitad de la zona de la que tenían que retirarse todos los combatientes de ambos bandos.
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En el marco de ese pacto, Turquía y Rusia han intentado restablecer la calma en Idlib y han anunciado numerosos ceses de hostilidades en Siria, pero ninguno se ha cumplido y la violencia ha dejado en esta zona del noroeste del país más de 1,500 muertos desde abril de 2019, según la ONU.
Idlib, la mayor ola de desplazados de la guerra en Siria
Casi un millón de personas se han desplazado desde el 1 de diciembre hacia zonas en el norte de Idlib, fronterizas con Turquía, así como hacia regiones ocupadas por Ankara en el norte de Alepo, según datos de la ONU.
Naciones Unidas considera la crisis como la peor ola de desplazamientos desde que comenzó la guerra en Siria, en 2011.
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Los civiles huyen de los ataques aéreos y de artillería de las fuerzas gubernamentales y de su aliada, Rusia, que a diario golpean la zona desde que comenzó la ofensiva de Damasco en abril de 2019, dejando a poblaciones enteras vacías y otras destruidas.