La cifra, que es preliminar y solo se confirmará el próximo año, es superior a la registrada entre agosto de 2018 y julio de 2019, cuando llegó a los 10,129 kilómetros cuadrados, y la peor desde 2008 (12,911 kilómetros cuadrados).
El balance es además el primero bajo responsabilidad completa de Bolsonaro, que asumió el poder el 1 de enero de 2019 y está siendo fuertemente presionado por su política ambiental, objeto de críticas por parte de ecologistas, importantes fondos de inversión, grandes empresas y algunos gobiernos europeos.
El líder ultraderechista, que defiende la explotación de los recursos naturales de la Amazonía, incluso en reservas indígenas, ya puso en duda el año pasado las estadísticas oficiales sobre deforestación.
El incremento del último período se produce a pesar del envío de una operación militar a la selva para controlar las actividades ilícitas durante los períodos más intensos de deforestación e incendios.
La Operación Verde Brasil 2 es una de las principales medidas para la cuestión ambiental del gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, en el poder desde enero de 2019, cuestionado dentro y fuera del país por defender la explotación agropecuaria, energética y minera de la Amazonía.
El vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, en su condición de jefe del Consejo Nacional de la Amazonía, reconoció ante los periodistas que no hay motivos para "celebrar nada", pero señaló que los datos muestran que el "esfuerzo" del Ejecutivo "está dando sus frutos”.