Estados Unidos ha vetado varias resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para detener el conflicto.
El 18 de octubre, Estados Unidos —uno de los cinco miembros permanentes con poder de veto—, votó contra un proyecto de resolución sobre el conflicto israelo-palestino que condenaba expresamente los "ataques terroristas odiosos" del grupo Hamás, pero no reconocía el derecho de Israel a defenderse, como exigía Washington.
El texto "enfatizaba" que "los civiles en Israel y el territorio palestino ocupado, incluido Jerusalén Este, deben ser protegidos, de acuerdo a la legislación internacional”.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, dijo que su país está "decepcionado" de que la resolución "no mencione los derechos de autodefensa de Israel”.
"Al igual que todas las naciones del mundo, Israel tiene el derecho inherente de autodefensa, como se refleja en el artículo 51 de la Carta de la ONU", precisó.
Para ser adoptada, una resolución requiere la aprobación de al menos 9 de los 15 miembros del Consejo, sin el veto de ninguno de los cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China).
Con el fin de buscar aliados en Medio Oriente, Israel ha estado acercándose cada vez más a países con los que antes no tenía relaciones diplomáticas, para contrarrestar el antagonismo con Irán.
En 2020, más de 20 años de la firma de los últimos acuerdos de paz en Medio Oriente, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein —con el auspicio de Estados Unidos— firmaron los Acuerdos de Abraham, con los cuales se abrieron las puertas a la normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales entre los países árabes y el Estado judío.
Marruecos y Sudán, ubicados en el Norte de África, también se unieron a los acuerdos posteriormente.