Los abogados del expresidente pidieron a primera hora del martes que fuera ingresado en el hospital DF Star de Brasilia para someterse a pruebas el miércoles y ser operado al día siguiente.
Bolsonaro, que fue apuñalado en el abdomen durante un acto de campaña en 2018, tiene un historial de hospitalizaciones y cirugías relacionadas con el ataque.
Moraes ordenó a la policía garantizar "vigilancia las 24 horas del día" con un mínimo de dos agentes en la puerta de la habitación de Bolsonaro en el hospital.
Prohíbe además que el exgobernante tenga acceso a computadoras, teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos.
El juez aprobó la presencia de su esposa, Michelle Bolsonaro, como acompañante, a la vez que abrió la posibilidad de otras visitas "previa autorización judicial".
Una evaluación médica de la Policía Federal, a solicitud de Moraes, determinó que las intervenciones estaban justificadas. La fiscalía de Brasil avaló más temprano el pedido presentado este mismo martes por la defensa.
Más temprano el martes, el líder derechista canceló una entrevista con el medio de noticias Metropoles, citando razones de salud. Moraes le había autorizado a concederla desde la cárcel.
Los mercados financieros han estado muy atentos, ya que se esperaba que Bolsonaro apoyara formalmente a su hijo mayor, el senador Flavio Bolsonaro, para una candidatura presidencial en 2026.