(Expansión) – “Es muy temprano aún para decir que estamos en una recesión”, es un argumento que se escucha recientemente. Un argumento, por cierto, lleno de ambigüedad y posiblemente con falta de conocimiento y de sensibilidad económica. Acaso, ¿estamos esperando a que arda Roma para declarar una recesión?
Casi todos los economistas encumbrados de este país que han tocado el tema de la recesión están confundidos con el concepto. Su principal desatino es mezclar y tratar, indistintamente, el ciclo económico con una caída temporal de la actividad económica. Son dos fenómenos distintos, que, sin embargo, se analizan como si fueran lo mismo.