Pero todavía más preocupante resulta el hecho de que ya no nos extraña (“ya se acostumbrarán”, decía en otro tema el titular del Ejecutivo), que este gobierno actúe de forma caprichosa, borrosa, oscura y sin fundamentos ni motivaciones en sus actos de autoridad amparados en el “bien común”.
No, la iniciativa privada jamás se acostumbrará a que las ideologías Echeverristas que ya fracasaron, pongan en peligro miles de empleos y billones de dólares en inversiones que el Estado no tiene forma de sustituirlos, salvo que sea con cientos de proyectos o empresas paraestatales sin justificación técnica, económica ni ecológica. Un gusto compartido con Luis Echeverría.
Como ocurrió con el terremoto de 1985, si algo ha puesto en relieve esta pandemia es no sólo un gobierno incapaz, sino que es la sociedad la que está dando la cara a las dificultades económicas.
Las ideologías impuestas desde 2018 habían causado ya suficiente daño, inclusive antes de la pandemia; ésta sólo vino a dar elementos encubridores a los errores garrafales previos. Sí, efectivamente, “como anillo al dedo”.
Es la comunidad empresarial, chica, pequeña o grande, la que crea empleos y distribuye oportunidades reales a quienes las merecen y se esfuerzan por conseguirlas, y es la que no se acostumbrará a las mentiras y falacias cubiertas bajo un falso manto sagrado populista y vacío llamado bienestar común o democracia participativa, bien conocida ahora como “consulta patito”.