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Los señores de la inflación

La prisa que manifiestan algunos participantes del mercado en subir las tasas de interés es tardía e irrelevante a la luz de lo ineludible, considera Iván Franco.
jue 15 abril 2021 12:05 AM

(Expansión) - Hay un sector de la economía que está presionando al banco central para subir la tasa objetivo, argumentando que la inflación está galopando hacia arriba. Yo les llamo los señores de la inflación, o, mejor dicho, los señores que se benefician con el dinero caro.

Estos agentes en realidad no se preocupan por la inflación al consumidor, sino por sus propios negocios que se mantienen en recesión desde varios trimestres atrás.

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Algunos de los sectores financieros están desesperados por adelantar la recuperación de la economía mexicana y por ello le exigen a la autoridad monetaria que eleve la tasa de interés, para que sus negocios vuelvan a ganar a través del margen que proveen las tasas más altas.

Sin embargo, el alza en las tasas de interés es un proceso cíclico, sistemático y, sobre todo, simétrico, que se realiza paulatinamente. Por esta razón es poco probable que se someta a las necesidades apremiantes de algunos sectores económicos.

Es un hecho que hoy hay más inflación que hace un par de meses y que continuará en los próximos.

La inflación actual es ya ligeramente superior al objetivo del banco central, pero la que viviremos adelante en la etapa alta de la recuperación económica será un par de puntos superior a la meta de convergencia de 3%.

¿Por qué?

Pongámoslo así. El ciclo de expansión cuantitativa que experimenta México desde marzo de 2020 a la fecha le pasará factura a los precios en el corto y mediano plazos. Pero no solo en 4% de inflación como lo estamos viendo ya, sino muy por arriba.

Y como muestra basta un botón ejemplificado por el largo ciclo inflacionario de 2017 y 2018, que estuvo precedido por un ciclo monetario de expansión cuantitativa muy similar que el actual.

La inflación del consumidor es antagónica a la del productor

Por otro lado, debemos contextualizar esos temores inflacionarios en su real dimensión dando una relativa importancia a los incentivos que tiene la economía financiera que, por cierto, no son los mismos incentivos antiinflacionarios que tienen los consumidores.

Sabemos que la inflación es el mayor impuesto regresivo (“impuesto” en un sentido figurado) para la población en general. Por esta razón, para los consumidores el escenario inflacionario ideal es aquel en donde los precios no suben o incluso decrecen.

Sin embargo, esto es improbable. Si hubiera una deflación o decremento del nivel de precios, seguramente la actividad económica se deprimiría, porque la dicotomía inflacionaria radica en que los productores necesitan de esas alzas de los precios para que puedan proyectar atractivas ganancias por ventas nominales, ejecutar proyectos de inversión, de expansión, etc. Por ello, la inflación óptima para los productores es siempre mayor que cero.

Lo mismo ocurre para los intermediarios financieros y para las industrias que generan ingresos en el mercado de dinero con tasas al alza. Cuando los precios aumentan y las tasas comienzan a repuntar las oportunidades de margen también mejoran para ellos.

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¿Qué son y cómo funcionan las tasas de interés?

La inflación es inevitable

Quien considere que la meta inflacionaria de 3% va a alcanzarse en el corto y mediano plazos no entiende de precios.

La inflación de naturaleza coyuntural, que es la que ya estamos viendo, es inevitable. Esta se manifiesta en incrementos en los precios de algunos productos.

Más aún, la inflación propia del ciclo monetario expansivo se reflejará un poco más adelante en el tiempo y aplicará para todos los precios de la economía. Esto también es inevitable.

La prisa que manifiestan algunos participantes del mercado en subir las tasas de interés es tardía e irrelevante a la luz de lo ineludible.

Por ello, politizar las decisiones de la junta de gobierno del Banco de México no tiene mucho sentido. Los análisis que están haciendo los equipos económicos de los bancos son algo ambivalentes, porque dada la diversificación del negocio de la banca comercial, estos ni ganan ni pierden.

Reitero, en materia de política monetaria los incentivos de estos agentes son diferentes que los de los consumidores.

Si en realidad nos preocupa la inflación al consumidor y la pérdida del poder adquisitivo de la moneda debemos reconocer que en este momento ya no se puede hacer mucho. Empíricamente, el freno monetario tiene poco impacto en el corto plazo para evitar inflación, ya que el proceso de formación de precios de las empresas es largo y viene de tiempo atrás.

Desde mi perspectiva el punto de inflexión de la política monetaria todavía no llega. Aunque sí llegará este año, será lento y pausado, mostrando simetría en relación con el pasado ciclo de relajamiento. Cuantitativamente se verá como una montaña de dinero.

Esto implicará inflaciones próximas por arriba de la meta. Así es como funcionan los ciclos monetarios y los precios.

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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